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Un Mensaje a la Conciencia

Christian Talk

Populares programas de 4 minutos que comienzan con una anécdota o historia y terminan con una aplicación moral y espiritual. Se han transmitido de lunes a sábado durante más de 40 años. Actualmente se difunden más de 4 mil veces al día en 30 países en la radio, la televisión y la prensa, y ahora via Internet en Conciencia.net.

Location:

Costa Mesa, CA

Description:

Populares programas de 4 minutos que comienzan con una anécdota o historia y terminan con una aplicación moral y espiritual. Se han transmitido de lunes a sábado durante más de 40 años. Actualmente se difunden más de 4 mil veces al día en 30 países en la radio, la televisión y la prensa, y ahora via Internet en Conciencia.net.

Language:

Spanish

Contact:

Asociación Hermano Pablo Box 100 Costa Mesa, CA 92628 9499227501


Episodes

«Reprobado»

3/28/2024
Valdir Souza Alves, estudiante brasileño, se sentó a esperar el resultado de su examen de matemáticas. De día trabajaba en un restaurante; de noche asistía a clases en una escuela de enseñanza secundaria de São Paulo. Antes de acostarse, dedicaba tres o cuatro horas a sus estudios. Pero le costaba estudiar, sobre todo matemáticas. Ya había sido reprobado una vez en ese mismo examen. Cuando el profesor le devolvió el examen, lo primero que Valdir vio otra vez fue la palabra fatídica escrita en tinta roja: «Reprobado». Esa calificación lo dejó con el ánimo por el suelo. Estaba convencido de que era un fracasado, que no servía para nada y que nunca obtendría el título que tanto anhelaba. Víctima de una depresión profunda, sacó del bolsillo un pequeño revólver calibre 38. Sólo tenía dieciocho años. La palabra «reprobado» es, sin lugar a dudas, una de las más duras que se pueda decir o escribir de una persona. Para algunos, el término «reprobado» equivale a fracasado, acabado, terminado, destruido. Como participio de «reprobar», tiene por pariente al adjetivo «réprobo», que se define con las acepciones «condenado al infierno», «apartado de la convivencia con los demás», «malvado» y «perverso». Así como Valdir Souza Alves, hubo dos entre los doce apóstoles de Jesucristo que se sintieron reprobados. Pero en el caso de esos dos discípulos, no se debió a que su maestro los reprobara, sino a que ellos le fallaron a Él. El uno lo negó; el otro lo traicionó. Ambos le dieron la espalda cuando Él más necesitaba su respaldo, a pesar de que Él les había profetizado por separado que lo iban a hacer. Simón Pedro lloró amargamente antes de ver morir a Jesucristo en la cruz por sus pecados, y posteriormente, luego de que Cristo resucitó, se reconcilió con Él por iniciativa de su Maestro. En cambio, Judas Iscariote no llegó a ver a su Maestro dar la vida por Él, sino que se suicidó, convencido de que no era más que un discípulo fracasado y condenado. ¡Qué triste desenlace, cuando consideramos que Cristo no vino para condenar sino para salvar! Cuando Cristo murió en esa cruz, lo hizo tanto por Pedro como por Judas. Y lo hizo también por Valdir y por todos los que, al igual que ellos, fallaran y necesitaran el perdón. Porque lejos de reprobarnos, Cristo quiere perdonarnos como perdonó al malhechor arrepentido que fue crucificado a su lado, y abrirnos de par en par las puertas del Paraíso. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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Miradas inolvidables

3/27/2024
Una cosa es ir al cine y reconocer en la pantalla gigante a actores conocidos que representan escenas de la vida diaria, y otra, ir al cementerio y reconocer en espacios reducidos los cadáveres de personas conocidas que ya no pueden actuar. Pero aquella noche fatal el doctor Carlos Zurita, médico español a quien le tocó ejercer su profesión durante los trágicos años de la Guerra Civil española, hizo primero lo uno y después lo otro. Tan pronto como salió del cine, se dirigió al cementerio para realizar la mórbida tarea de reconocer el cadáver de un amigo perdido. Allí se encontró a la viuda del gitano al que acababan de fusilar. La guapa mujer estaba velando a su esposo, sentada al lado de la caja en la que yacía el difunto, amortajado con discreta elegancia. Al ver pasar al médico, la gitana le echó una mirada de odio que si bien no lo fulminó ahí mismo, le quedó grabada en la memoria para siempre. ¡Cuál no sería la consternación del doctor Zurita al recibir la noticia al día siguiente de que la perturbada mujer se había ahorcado, pero no sin antes colgar, uno por uno, a sus siete hijos! Lo que nos preguntamos todos es: ¿Qué la impulsó a matar con sus propias manos a esos siete indefensos pequeños, sangre de su sangre? La explicación que nos ofrece el historiador español Fernando Díaz-Plaja es que «aquella mujer no quiso que sus hijos vivieran en un ambiente que odiaba». Esta dramática historia contiene elementos conmovedores que evocan la historia sagrada. Al Hijo de Dios mismo, Jesús de Nazaret, no lo fusilaron en una guerra civil, pero sí lo crucificaron en una guerra a muerte que Él libró contra el enemigo de nuestra alma. Y durante esa última semana trágica de su vida, lo traicionaron y lo negaron dos de sus mejores amigos. Uno de ellos, Judas Iscariote, sintió tanto remordimiento por haberlo traicionado que quiso devolver el precio de sangre inocente —las treinta monedas de plata— que recibió por entregar a su Maestro. Pero cuando se convenció de que era irreversible lo que había hecho, arrojó el dinero por el suelo, salió y se ahorcó. El otro amigo era Simón Pedro. Después de negar tres veces a su Maestro, lo cual había sido inconcebible para él, sus ojos se encontraron con los de Jesús. Fue una mirada penetrante e inolvidable la de su mejor amigo, no una mirada de odio sino de amor y comprensión. Y Pedro salió, y lloró amargamente. Pero lo que le faltó aprender a Judas, así como a la pobre gitana, lo aprendió Pedro posteriormente: a reconocer la infinita capacidad que Dios tiene para perdonar hasta al que menos merece el perdón, y de enseñarnos a nosotros el valor eterno de amar a nuestros enemigos. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net La Guerra Civil en Córdoba. 1936-1939Anecdotario de la Guerra Civil española

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«Quiero morir para expiar mi culpa»

3/26/2024
Necito Batista da Silva era empleado ferroviario en Belo Horizonte, Brasil. Tenía un hijo hermoso que se llamaba Claudio. El niño jugaba siempre con un perro blanco y negro, perro vagabundo que era el amigo de todos los chicos del barrio. Un día el perro se puso rabioso y mordió al niño. Debido a que el padre se había negado a vacunar al perro contra la rabia, Claudio contrajo la espantosa enfermedad. Los médicos lucharon por salvarlo, pero la salud del pequeño se fue agravando. Antes de morir, en uno de los últimos ataques terribles de la enfermedad, Claudio saltó de la cama del hospital y mordió a su padre y a su madre mientras ellos trataban de calmarlo. La madre se sometió en seguida a un tratamiento antirrábico, pero el padre, Necito Batista, rechazó el tratamiento. El hombre se sintió culpable de la muerte de su hijo, así que quiso morir de la misma enfermedad. Estas fueron sus palabras: «Si actué mal al no hacer vacunar al perro, quiero morir de la misma enfermedad para expiar mi culpa.» No es difícil comprender el estado de ánimo de ese pobre padre, que sufría profundamente la enfermedad mortal de su hijo. Su vida era un calvario porque estaba convencido de que él tenía la culpa. Pero no por eso tenemos que compartir su punto de vista. Aun cuando tuviera la culpa, no era él quien debiera expiarla. Según el Diccionario de la Real Academia Española, «expiar» significa: «Borrar las culpas, purificarse de ellas por medio de algún sacrificio». Eso era precisamente lo que pretendía hacer Necito Batista: borrar su culpa mediante el sacrificio de sí mismo. Lo que él no comprendía, al igual que muchos otros en la actualidad, es que hay Uno solo capaz de expiar o borrar la culpa de cualquier ser humano. Se trata del Señor Jesucristo. Pero ¿por qué sólo Cristo? Es que nadie puede expiar su propia culpa, y por consiguiente nadie tiene que morir por su propia redención, porque nadie satisface el requisito divino. En la justicia divina, era necesario que el que expiara la culpa del mundo fuera intachable. Y el único que jamás pecó fue Jesucristo. A diferencia de Necito Batista, la vida de Cristo no fue un calvario por sentir él que tenía alguna culpa. Al contrario, Cristo se sacrificó y murió en el Calvario por nosotros a fin de satisfacer ese requisito divino de que el sacrificio fuera intachable. Por eso Juan el Bautista, al ver que Cristo se acercaba, anunció: «¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!» Juan sabía de antemano que el sacrificio de Cristo habría de ser el único aprobado por Dios para expiar nuestra culpa. De modo que cuando sintamos la carga de nuestra culpa, no pensemos que nosotros mismos podemos hacer algo para salvarnos, como pensaba Necito Batista. Recordemos más bien que es Cristo quien quita el pecado del mundo, como declaró Juan el Bautista, y digámosle a Cristo: «Gracias, Señor, por dar tu vida por la enfermedad mortal que es mi pecado a fin de expiar mi culpa.» Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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Dos versiones erróneas de los hechos

3/25/2024
Durante los primeros veinte años del régimen del general Francisco Franco, las autoridades españolas se esforzaban por garantizar que ninguna frivolidad comprometiera la solemnidad de la celebración de Semana Santa. A eso se debía que se cerraran los quioscos, los comercios, las salas de fiestas, los cafés, los teatros y los cines. Entre estos últimos, sólo se permitía que abrieran sus puertas al público los que presentaban películas religiosas. Fuera de una de estas películas, la única distracción que quedaba era visitar los monumentos de las diferentes iglesias. Año tras año, en Semana Santa, las calles de las ciudades, con muy poco tráfico automovilístico, se congestionaban de mujeres con mantillas y peinetas. En Barcelona esta reiterada costumbre dio pie a un caso embarazoso. El maquetista del reconocido diario La Vanguardia, a fin de ilustrar un reportaje, le pidió al encargado del archivo que buscara una fotografía de señoritas ataviadas a la forma tradicional. Éste logró encontrar una foto que correspondía al año anterior, y se la dio con el comentario: «Total, no hay diferencia.» ¿Cómo iban a saber esos dos dependientes «vanguardistas» que una de las muchachas retratadas había fallecido unos meses antes? ¡Pues por la llamada telefónica que a la mañana siguiente recibieron de parte de la indignada y dolorida madre de la difunta! Ya nos podemos imaginar la vergüenza que aquellos imprudentes empleados pasaron por semejante descuido, y la «fe de errata» que tuvo que publicar el desprestigiado diario. Lo cierto es que algo parecido, pero a la inversa y en escala mayor, ocurrió en los medios de comunicación dedicados a dar a conocer los sucesos de la primera Semana Santa. Según la historia sagrada, en el momento en que Jesucristo exhaló su último suspiro en la cruz, «la tierra tembló y se partieron las rocas. Se abrieron los sepulcros, y muchos santos que habían muerto resucitaron. Salieron de los sepulcros y, después de la resurrección de Jesús, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a muchos.» En el caso de la señorita española, a causa de un error inadvertido que se difundió como una versión extraoficial, a la gente se le dio a entender que ella, que había muerto, aún vivía y deambulaba por las calles de Barcelona, lo cual no era cierto. En cambio, en el caso de Cristo y de los santos, a causa de un engaño intencional que se difundió como «la versión oficial», a la gente se le dio a entender que ellos, que también habían muerto, no habían vuelto a vivir ni a deambular por las calles de Jerusalén, lo cual tampoco era verdad. Lo cierto es que éstos sí resucitaron, y es por eso que hasta hoy en cada Semana Santa hay tantos creyentes que celebramos su muerte y resurrección, confiados de que así como aquellos santos resucitaron con Cristo, también nosotros viviremos con Él eternamente tal y como nos lo ha prometido. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net Anecdotario de la España franquista

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Su mamá no quiso protegerla

3/23/2024
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Cuando yo tenía cinco años, mi mamá se [juntó] con un hombre que conoció en su trabajo. Al pasar de los meses él comenzó a abusar de mí, y se lo conté a ella en dos ocasiones, pero nunca hizo nada. Al contrario, se casó con él y tuvo un hijo. »Ahora tengo veintiséis años y siento un enorme resentimiento en el corazón. Sé que es mi madre, pero me cuesta perdonarla. Vivo con ella, pero hay días en que... vienen esos recuerdos a mi mente y sólo quiero encerrarme en mi cuarto. ¿Qué debo hacer?» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »¡Con razón que resiente lo que sufrió y que su mamá no hubiera querido protegerla! Ahora que usted es adulta no puede imaginarse cómo una madre pudiera estar dispuesta a “sacrificar” a su hija en el altar de su propio interés amoroso. A usted le cuesta trabajo confiar en ella ahora, sabiendo que al parecer a ella no le costó desentenderse del asunto en aquel entonces. Y usted se está lamentando, no sólo por la niñita a quien le fue arrebatada su inocencia, sino también por la mujer que ahora tiene que afrontar la vida sintiendo semejante abandono. »Sería muy beneficioso si su mamá estuviera dispuesta a aceptar la culpa de haber permitido lo que le sucedió a usted, y a pedirle perdón. Sin embargo, podemos decir por experiencia que eso no suele suceder. Es probable que su mamá justificara lo que hizo hace años, y que siga justificándolo ahora. Si ella alguna vez reconociera que se desentendió de usted, causaría una rotura en la máscara que lleva puesta como “buena” madre.... Así que ella se protege a sí misma —y no a usted— al negarse a reconocer lo que usted sufrió. »Le rogamos que le pida a su médica o a una trabajadora social cómo hallar un grupo de víctimas de violencia sexual. Usted necesita con urgencia un foro donde pueda hablar acerca de lo que le sucedió.... Si no le da salida a todo eso que ha estado sintiendo, pudiera enfermarse físicamente. También pudiera llevarla a formar relaciones sentimentales dañinas, al buscar el amor donde no se encuentra. »Usted no va a poder perdonar a su mamá por sí sola. Solamente Jesucristo, el Hijo de Dios, puede ayudarle a perdonarla. Él tiene experiencia en perdonar los casos difíciles, tal como cuando perdonó a las personas que lo crucificaron. Puede ayudarla a comprender y a creer que el perdonar la librará a usted —y no a ella— de los destructivos efectos físicos y mentales del no perdonar. Pídale a Dios en oración que la acompañe y que, de manera sobrenatural, la ayude a perdonar. »Un grupo terapéutico o un consejero puede darle un mejor consejo en cuanto a cómo debe ahora tratar a su mamá. Sin duda el alejarse de todo el mundo y encerrarse en su cuarto no es la opción más recomendable.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo puede leerse con sólo ingresar en el sitio www.conciencia.net y pulsar la pestaña que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 663. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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Una prócer del progreso de la mujer

3/22/2024
(Antevíspera del Aniversario de la Muerte de Esther Neira de Calvo) «En un momento en que las mujeres panameñas todavía no alcanzaban el derecho a emitir su voto en una elección presidencial, Esther Neira de Calvo, de cincuenta años de edad, tenía una importante carrera profesional y el reconocimiento público por sus contribuciones» escribe la periodista Mónica Guardia acerca de su ilustre compatriota en el Periódico La Estrella de Panamá en marzo de 2022. El artículo comienza con la descripción de la escena el 29 de septiembre de 1941 en que doña Esther, durante su gira de dos meses en Estados Unidos, almuerza informalmente con el presidente Delano Roosevelt y su esposa Eleanor, siendo «la primera mujer panameña... invitada [a la Casa Blanca] por derecho propio y no como “esposa de”.» Dieciocho años antes del nacimiento de Esther en Penonomé en 1890, cuando Panamá aún formaba parte de Colombia, su abuelo paterno, el general colombiano Gabriel Neira, había llegado a ser Presidente del Estado [Soberano] de Panamá. Cuando ella tenía sólo diez años, él había peleado junto a Belisario Porras en la Guerra de los Mil Días. Poco antes de que ella cumpliera los catorce, su padre, don Rafael Neira Ayala, había sido integrante de la Primera Asamblea Constituyente panameña que nombró a Manuel Amador Guerrero primer Presidente de Panamá. Y sólo dos años después, gracias a una beca de ese gobierno, la privilegiada joven había tenido la oportunidad de viajar a Bélgica para hacer sus estudios universitarios en el Instituto Pedagógico Wavre-Notre Dame. Tanto los títulos y la capacitación que recibió allí, como lo que aprendió en Nueva York en 1912 sobre los programas de educación de los Estados Unidos, lo aprovechó al máximo Esther Neira de Calvo. Su hoja de vida incluye: inspectora general de enseñanza secundaria normal y profesional en la Secretaría de Instrucción Pública; directora del Liceo de Señoritas; enviada por el presidente Belisario Porras en representación de Panamá a la Conferencia Panamericana de Mujeres; fundadora de la Sociedad Nacional para el Progreso de la Mujer; organizadora del Congreso Interamericano de Mujeres en la Ciudad de Panamá; delegada de la Comisión Interamericana de Mujeres; primera diputada nacional en la Segunda Asamblea Constituyente, que restableció la ciudadanía para la mujer en 1946; secretaria ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington; y Embajadora Alterna en el Consejo de la OEA. «Durante décadas... siguió luchando por los derechos de la mujer... siendo objeto de innumerables distinciones en países como Francia, Chile, Estados Unidos [y la] República Dominicana», declara Mónica Guardia. Gracias a Dios, para almorzar algún día con su Hijo Jesucristo en el cielo y poder allí agradecerle en persona por haber dado su vida a fin de que pudiéramos llegar a ser ciudadanos de esa patria sin igual, sólo hace falta que ejerzamos el derecho al voto que nos ha otorgado a todos por igual, reconociéndolo como nuestro Salvador y Señor. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net La Estrella de Panamá

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La primera vicepresidenta de una cámara legislativa

3/21/2024
(Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial) El 15 de junio de 1945, en el Teatro Nacional de la Ciudad de Panamá, un grupo de cincuenta y un panameños, pertenecientes en su mayoría a las capas altas y medias del país, dio inicio a la Asamblea Nacional Constituyente, la segunda en la historia del país. «La novedad era la participación de [dos] mujeres —puntualiza la escritora Mónica Guardia en un artículo publicado en el periódico La Estrella de Panamá en enero de 2019—.... Una era... miembro de una familia de reconocido prestigio e influencia en el país; la otra, una humilde maestra de treinta y cinco años, hija de padre afrodescendiente y madre indígena.... »[Es que] Gumercinda Páez no era una política ni mujer tradicional —explica la periodista panameña—. “A los quince años, huérfana de padre y madre, comencé la lucha por la vida”, recordaría [Páez] posteriormente en una entrevista.... »Desde muy joven... ella vio de cerca la discriminación, la pobreza [y] el racismo... [y] descubrió... que debía trabajar el doble para alcanzar cualquier objetivo que se trazara. Por eso... [acudió] en horario nocturno al Instituto Nacional, donde [obtuvo]... diplomas que la acreditaron como perito mercantil, bachiller en ciencias y maestra de enseñanza primaria... [y] logró... hacer tres años de estudios de derecho... y obtener en 1945 una licenciatura en Humanidades de la Universidad de Panamá.... »[Su popularidad se debió en parte a que escribió] obras de teatro para... sus alumnos... [que gustaron] tanto que, en una época en que todavía no se conocían las radionovelas, treinta y cuatro de sus dramas [se difundieron por] La Voz de Panamá y Radio Chocú, patrocinados por el Ministerio de Educación. El público se identificaba con los personajes, y encontraba en los desenlaces respuestas a sus inquietudes. »Como delegada de la provincia de Panamá en la Asamblea Constituyente, Páez... defendió la creación de guarderías infantiles, el reconocimiento de la paternidad y el matrimonio de hecho; la igualdad de derechos de las mujeres en temas salariales, [y] apoyó la inclusión del fuero de maternidad en el código de trabajo.... Durante el tercer debate del proyecto de constitución... sus compañeros delegados... la eligieron vicepresidenta de la cámara. Era la primera vez que una mujer ocupaba esa posición, no sólo en Panamá sino en el mundo conocido. »Aun así, en 1947, cuando viajó en representación de Panamá a Guatemala para presidir el Primer Congreso Interamericano de Mujeres, sufrió humillaciones por parte de las otras mujeres delegadas que veían con malos ojos la presencia de una afrodescendiente entre ellas —revela Mónica Guardia—.... Durante el congreso incluso un periódico guatemalteco publicó una caricatura en la que se burlaba del color de su piel.» Gracias a Dios, quien nos creó a todos iguales, cuando estamos en su presencia Él no nos ve con malos ojos a ninguno de nosotros, sea quien sea... con tal que nos acerquemos con corazón sincero y purificado de una conciencia culpable, limpia del pecado del racismo. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net La Estrella de Panamá

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Una doble prisión

3/20/2024
(Víspera del Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial) «Acabábamos de cenar. La tarde iba cayendo con cele­ridad de espanto.... Dispersos, los presos comentaban sus historias de hé­roes vencidos.... [Para] Atá... la historia de Annabelle... [era] como si perteneciera a otras edades. Nunca he visto a hombre alguno amar un sueño con tan profundo respeto.... »—Atá —le dije—. Quisiera saber ¿cómo y de qué manera tú recibiste la primera carta de Annabelle? ... »—Todo sucedió un fin de año —me respondió—. Aquí abren y leen todas las cartas.... Pero para las Navidades, las tar­jetas que recibimos son revisadas con menos cuidado. El año pasado, recibí una tarjeta rara de Nueva York. Decía: “Quiero que pases unas felices Navidades y que el próximo año seas muy feliz. Annabelle.” Desde entonces he cumplido su mandato.... lgún día se sabrá toda la verdad. Mientras ella me quiera, nada me importa.... »—¿Aunque pases cincuenta años aquí? »—¡Aunque pase mil años! ... »—Eres inocente del crimen [de] que te acusan. Estás con­denado injustamente. La mujer que te tiene aquí no puede salvarte. Sin embargo, tú, con una nobleza que no llego a explicarme, la defiendes, la respetas y la proteges. »—Es que ella también sufre, ¿no se da cuenta, [jefe]? Su conciencia la martiriza. La otra vez me escribió: “Mis dolores de cabeza no cesan de perseguirme. Día y noche.... No puedo mirar el cielo porque la nuca me castiga la mirada.... Por favor, Atá... no me digas que es tu castigo lo que a mí me castiga. Dime de una vez que eres feliz, que no sufres. Quiero que seas feliz para que yo pueda serlo. Annabelle.” En esta obra titulada Gamboa Road Gang (Los forzados de Gamboa), Joaquín Beleño, novelista que nació y se educó en la Ciudad de Panamá, se vale de un caso de la vida real para contar, por medio de su narrador, la historia de un ilusorio amor prohibido por las autoridades de la antigua Penitenciaría de Gamboa en la Zona del Canal de Panamá, que habría de convertirse en el Centro de Rehabilitación El Renacer. Atá es un negro antillano condenado injustamente a cincuenta años de presidio por haber forzado a Annabelle, su Dulcinea blanca que le escribe desde Nueva York. Aquella amante ­­—procedente quién sabe si de la imaginación de Atá, del narrador o de la realidad— es la esperanza que él conserva de salir de su encierro. Pero en realidad no hay salida de la doble prisión que Atá tiene que soportar —la cárcel que el racismo le ha impuesto por su físico, y el presidio donde debe cumplir su condena—, salvo en sus imágenes mentales de un cielo en la tierra, carente de discriminación racial, en el que todo el mundo es daltónico. Gracias a Dios, para ser del todo libres de la injusticia de la discriminación racial no tenemos que esperar que, antes que muramos, llegue el día en que el hombre logre lo que no ha sido capaz de lograr en toda la historia humana. En lugar de aferrarnos a la ilusoria esperanza de un cielo en la tierra, «aferrémonos a la fe que profesamos», aguardando «la bendita esperanza, es decir, la gloriosa venida de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo» para establecer su morada entre nosotros en «un cielo nuevo y una tierra nueva» donde «hará nuevas todas las cosas». Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net Gamboa Road Gang [Los forzados de Gamboa]Gamboa Road GangCrítica en LíneaGamboa Road Gang

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Una cantante con ocho ciudadanías

3/19/2024
(Antevíspera del Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial) Miriam Makeba nació en Sudáfrica. Su piel era negra como el azabache. En su país de nacimiento los negros disfrutaban de pocos derechos. Pero Miriam tenía una voz de oro. Era una cantante estupenda, que podía deleitar con su voz al público más exigente del mundo. En su repertorio tenía obras clásicas, semiclásicas, folclóricas y populares. Y todo lo interpretaba con maestría, con entusiasmo y con dulzura. Como cantaba de maravilla y era tan querida y admirada por el público en general, Miriam obtuvo la ciudadanía de ocho países: Tanzania, Guinea, Argelia, Sudán, Mauritania, Cuba, Uganda y Liberia. Discriminada en su propio país por el color de su piel, la recibieron en otras ocho naciones gracias a su voz. Todo cambió para aquella cantante sudafricana cuando el mundo comenzó a juzgarla del mismo modo en que siempre la había juzgado Dios: por lo que procedía de su interior y no por su apariencia externa. Pues Dios, a diferencia del hombre a quien creó, jamás ha juzgado a nadie por las apariencias sino por el corazón. Ese principio divino lo vemos en un caso bíblico que tiene que ver también con un músico. Se trata de David, que llegó a ser el músico de mayor renombre en su país. Es más, hasta el día de hoy se le considera el salmista por excelencia de Israel. Cuando Dios le pidió al profeta Samuel que ungiera al futuro rey de Israel, no le dijo por adelantado a quién había escogido. A Samuel lo impresionó la apariencia física de Eliab, el hermano mayor de David, así que pensó que fuera él. Pero Dios le dijo: «No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.» Y luego Dios rechazó uno por uno a los otros seis hermanos de David hasta que por fin mandó llamarlo a él, el más pequeño, y lo escogió de entre todos. Como Dios se fija en el corazón, escogió a David, de quien más adelante dijo: «He encontrado en David, hijo de Isaí, un hombre conforme a mi corazón». Por lo general, el factor que determina nuestra nacionalidad es el país en el que nacimos. Pero así como para Miriam Makeba su país de origen no impidió que se hiciera ciudadana de países extranjeros, tampoco nuestro nacimiento en este mundo impide que nos hagamos ciudadanos del cielo. Porque Dios ha establecido que, cualquiera que sea nuestro origen o nuestra raza, para obtener la ciudadanía celestial todos tenemos que nacer de nuevo espiritualmente. Para que esto suceda, tenemos que permitir que Dios limpie nuestro corazón. Pues solamente los de corazón limpio podremos verlo en su gloria. Cuando, al igual que el rey David, le pedimos a Dios que nos limpie de todo pecado, dándonos así un corazón limpio, Dios pone en nuestros labios un hermoso cántico nuevo, un cántico de alabanza y de liberación. Y de ahí en adelante nuestro repertorio incluye obras de toda clase que le agradan, de modo que a juicio suyo cantamos divinamente bien, como aquella cantante sudafricana y como los ángeles del cielo. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«Ella le tendió una trampa»

3/18/2024
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Hace más de un año conocí a una mujer, y luego de un mes ella me dijo que no quería ninguna relación, sino que sólo soñaba con embarazarse, tener un hijo y criarlo sola. Yo accedí, y... ella quedó embarazada. Luego de eso, se alejó de mí por varios meses. »Algún tiempo después que nació la bebé... la mujer me pidió que registrara mi nombre en el certificado de nacimiento como el padre biológico, y me negué; pero luego accedí.... »Ahora le doy dinero y visito a la bebé, pero me siento mal porque ella amenaza constantemente con demandarme si no le doy la cifra que ella indica.... Quiero responder por la bebé, no importa la situación; pero no quiero que esa mujer manche mi hoja de vida con una demanda por alimentos, ya que afectaría mi carrera profesional.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »¡Al parecer, ella le tendió una trampa! Halló a un buen hombre profesional que podía darle a su bebé un nombre respetable y sustento económico. Luego lo sedujo, poco a poco, hasta que cayó usted en la trampa. Ahora ella lo tiene atrapado tal y como lo desea. »La parte trágica del caso es que su inocente hija es la víctima. A ella le tocará crecer y descubrir que usted nunca quiso tenerla. »No obstante, usted ahora tiene la obligación de sustentar a su hija hasta que ella sea adulta, así que es bueno que haya decidido que eso es lo correcto. Pero usted nunca jamás llegará a un acuerdo con la mamá de su hija en cuanto al dinero. De modo que el único recurso que tiene es contratar a un abogado que pueda ayudarlo a lograr que los detalles económicos apropiados queden registrados en el juzgado, y que pueda además asegurarse de que se le conceda el adecuado derecho de visita. »La hija suya necesita un padre y no sólo un donante económico. Dele prioridad a pasar tiempo con ella y a mostrarle su amor. Tal vez no sienta amor ahora mismo, pero puede comenzar mostrándole amor sin sentirlo, y tarde o temprano lo sentirá. »Usted ahora comprende que fue un error tener relaciones sexuales con esa mujer.... Sin embargo, en realidad no importa cómo sucedió. Usted no puede volver atrás y corregir el error. Sólo puede seguir adelante, dándole prioridad en su vida al bienestar de su hija. »El plan de Dios es reservar las relaciones sexuales para el matrimonio. Los que siguen a Dios saben que no es fácil elegir ese plan divino para la vida de ellos, y que no es fácil abstenerse de hacer lo que tantos otros piensan que es aceptable. Pero elegir el camino de Dios evitará situaciones como la suya, y prevendrá que muchos niños sean víctimas desde el momento en que nacen.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo puede leerse con sólo ingresar en el sitio www.conciencia.net y pulsar la pestaña que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 792. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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¿Perdona Dios a un violador?

3/16/2024
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Mi infancia no fue muy buena. Sufrí abuso sexual de mi padre cuando tenía ocho años. Ahora, lastimosamente seguí los pasos de él y cometí con mi hija el mismo delito que mi padre cometió conmigo. »Actualmente pago una condena por aquel hecho. Me siento culpable y me odio por lo sucedido. ¿Es verdad que Dios no perdona a un violador? ¿Por qué viví de nuevo esa suciedad? ¿Por qué volvió el demonio de la violación? ¿Será que puedo obtener el perdón de Dios?» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »... Al parecer, usted cree que fue destinado a repetir lo que hizo su padre. Si de veras lo cree, está equivocado. En la Biblia hay varios relatos históricos de personas que hicieron lo opuesto de lo que hicieron sus padres. Algunas, como el profeta Samuel, optaron por servir a Dios, mientras que sus hijos optaron por hacer lo malo. Otros, como Amón, eran malvados, pero sus hijos, como Josías, sirvieron a Dios fielmente. Esos relatos verídicos demuestran que ninguno de nosotros está destinado a repetir los errores de sus padres. »Sin embargo, cuando se trata de abuso físico o sexual, la perspectiva de la víctima en cuanto a lo bueno y lo malo puede llegar a distorsionarse. Algunas víctimas se convencen de que el abuso es normal y aceptable. No conocemos los pormenores del caso suyo, pero sí sabemos que el abuso de parte de su padre sembró pensamientos en su cerebro que lo tentaron a hacer cosas que probablemente no hubiera considerado de no haber sido víctima de abuso usted mismo. »No obstante, cuando usted, como víctima, optó por ser el agresor, pecó contra su hija y pecó contra Dios. El pecado contra su hija merece la justicia humana. Por eso es posible que su hija jamás lo perdone y que su familia nunca sea restaurada. Pero su pecado contra Dios merece la justicia divina y el castigo eterno. A eso se debe que le hayan dicho que Dios nunca lo perdonará; pero esas personas están mal informadas. »Cuando Jesucristo, el Hijo de Dios, vino al mundo y vivió sin cometer un solo pecado, no mereció castigo alguno. Él era perfecto. Pero sabía acerca del juicio divino que yo merezco por mis pecados, como también del juicio divino que merece usted por los suyos. Jesús optó por morir en la cruz a fin de satisfacer esa justicia divina y pagar nuestro castigo. »Sin embargo, a pesar de que el castigo por nuestros pecados ya se ha pagado, eso no significa que recibimos el perdón de manera automática. Tenemos que confesarle nuestros pecados a Dios en oración y pedirle que nos perdone. Él ve nuestro corazón y sabe si nuestro arrepentimiento es o no sincero, y si estamos dispuestos a seguir en sus caminos.... »Lo animamos a que le pida a Dios que lo perdone, que le dé vida eterna y que cambie sus pensamientos y motivaciones. Él lo ama a pesar de todo lo que usted ha hecho.» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo puede leer si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 662. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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El último salto de Tiffanie

3/15/2024
La muchacha, esbelta, grácil y elegante, saltó del trampolín. Dio tres vueltas en el aire, en forma impecable, y cayó de cabeza en la piscina. Con ese salto magistral ganó el derecho de representar a Inglaterra, su patria, en los juegos olímpicos. ¿Quién era ella? Era Tiffanie Trail, joven de veintidós años de edad. Lamentablemente Tiffanie no logró su sueño. Una lesión en la muñeca derecha la alejó de las competencias. Decepcionada, se fue a vivir a Sydney, Australia. Un día, en Sydney, ensayó de nuevo el salto. Pero no lo hizo desde el trampolín de una piscina. Lo hizo desde el balcón de su apartamento, en el piso 23 de un rascacielos, a 69 metros de altura. La joven deportista, con una brillante carrera por delante, murió abrumada de tristeza. ¿Cuál será la decepción que tanto deprime a una persona que decide quitarse su propia vida? En el caso de Tiffanie fue, primero, el divorcio de sus padres. Esto la dejó devastada. Después fue la muerte de su novio, que pereció ahogado en el mar. Y finalmente fue la lesión en el brazo, por la que tuvo que abandonar su carrera. Aun cuando no podamos aprobar el suicidio, podemos comprender al suicida. La vida trae, para ciertas personas, tal carga de angustias que a veces, sin querer, tornan sus pensamientos hacia el suicidio. El filósofo alemán Federico Nietzsche lo expresó así: «El pensamiento de suicidio es una gran fuente de consuelo con el que podemos pasar en calma toda una noche.» Es de notarse que Nietzsche murió severamente enajenado. Su ideología existencialista fue insuficiente para sostenerlo en el momento de su angustia. El suicidio es un consuelo magro, sin esperanza, sin expectativa y sin destino, que nada bueno puede traer. Cuando las cargas de la vida se acumulan, cuando los dolores se vuelven insoportables, cuando, como dijo el poeta, «sólo abrojos nuestra planta pisa,» no es en el suicidio que debemos pensar. Debemos pensar en Aquel que es fuente de vida, de fortaleza, de consuelo y de paz. Habrá quien diga: «Aun Dios me ha fallado.» Pero lo dice porque nunca ha buscado realmente a Dios. Cristo, el Hijo de Dios, Dios hecho carne, es nuestra esperanza segura. Clamemos a Él desde el fondo de nuestra angustia. Jesucristo escucha nuestro clamor aun antes que sale de nuestra boca. No cedamos al suicidio. Sometámonos más bien a la voluntad de Dios. En Él hay paz, serenidad y concordia. En Él hay esperanza. En Él hay vida. Él, y no el suicidio, es nuestra única seguridad. Hermano Pablo Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«Ella decía que no lo veía como padre»

3/14/2024
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Hace once años me casé. Mi esposo ya tenía una hija de una relación anterior... y ahora juntos tenemos además tres niños pequeños.... »Hace un mes mi hijastra me confesó que, cuando ella llegó al país en que vivimos, su papá abusó de ella, así que yo lo confronté. Él dice que... como él había vivido separado de ella hasta los catorce años, ella decía que no lo veía como padre. »Cuando ella me dijo eso, yo pedí consejería a mi pastor, y mi esposo lo confesó, dijo que se arrepentía y entregó su vida al Señor Jesucristo.... Pero yo no tengo la misma confianza de dejar a mis niñas al cuidado de él y regresar al trabajo. Dejé de trabajar porque tengo miedo, y no quiero vivir así con este temor.... Él dice que nunca les haría daño a sus hijas.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »Sentimos mucho lo que usted está sufriendo. Su situación es sumamente difícil, y creemos que sólo Dios sabe lo que más le conviene a usted. Pero sí podemos ofrecerle algunas sugerencias.... »Su esposo se defiende diciendo que, cuando sucedió el abuso, la hija de él no lo consideraba como el padre de ella. Es posible que ya ella tuviera la apariencia física de una mujer adulta, así que parece que él está tratando de decir que ella lo atrajo como una mujer, y no como una niña, y como una desconocida, y no como su propia hija. En otras palabras, él está dispuesto a admitir el haber violado sexualmente a una mujer (antes de la edad de consentimiento), pero no está dispuesto a verse a sí mismo como un pedófilo. »El que su esposo haya confesado su pecado y haya decidido seguir a Cristo es una buena noticia. Sin embargo, todos sabemos por experiencia que los pedófilos dirán lo que les conviene a fin de tener acceso a los niños, sobre todo en la iglesia. En realidad, sólo Dios sabe si su esposo es un pedófilo. »Creemos que es prudente de su parte tener precaución y reservar su confianza. Su esposo necesita aceptar el hecho de que tendrá que pasar por un período de prueba durante un tiempo muy prolongado, y que es la consecuencia directa de lo que él hizo. También es prudente que usted se abstenga de aceptar que su esposo sea quien cuida a sus hijos e hijas mientras usted trabaja fuera de casa. »Como dijimos antes, sólo Dios puede darle la sabiduría necesaria para discernir si sus hijos corren o no corren peligro. Pídale a Él que le ayude a tomar las precauciones necesarias para no tener que vivir con este temor.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo se puede leer si se ingresa en el sitio www.conciencia.net y se pulsa la pestaña que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 791. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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¿Con qué mujeres se casan los hombres?

3/13/2024
«La muchacha parece estar en trance, el ademán soñador, la mirada perdida, en los labios la sonrisa de la felicidad. »—Es muy bueno, mamá, muy bueno, muy bueno. Me [tomó] una mano, me miró fijo a los ojos... »—¿Nada más? »—Sí. Se me acercó mucho y dijo: “Julita, mi corazón arde de pasión. Yo ya no puedo vivir sin ti. Si me desprecias, mi vida ya no tendrá objeto. Será como un cuerpo que flota, sin rumbo a merced del destino.” »Doña Visi sonríe emocionada. »—Igual que tu padre, hija mía, igual que tu padre. »Doña Visi entorna la mirada y se queda beatíficamente pensativa, dulce y quizás algo tristemente descansada. »—Claro... El tiempo pasa... ¡Me estás haciendo vieja, Julita! »Doña Visi está unos segundos en silencio. Después se lleva el pañuelo a los ojos y se seca dos lágrimas que asomaban tímidas. »—¡Pero, mamá! »—No es nada, hijita; la emoción. ¡Pensar que algún día llegarás a ser de algún hombre! Pidamos a Dios, hijita mía, para que te depare un buen marido, para que haga que llegues a ser la esposa del hombre que te mereces. »—Sí, mamá. »—Y cuídate mucho, Julita, ¡por el amor de Dios! No le des confianza ninguna, te lo suplico. Los hombres son taimados y van a lo suyo. No te fíes jamás de buenas palabras. No olvides que los hombres se divierten con las frescas, pero al final se casan con las decentes. »—Sí, mamá. »—Claro que sí, hijita. Y conserva lo que conservé yo durante veintitrés años para que se lo llevase tu padre. ¡Es lo único que las mujeres honestas y sin fortuna podemos ofrecerles a nuestros maridos!» En este pasaje de la novela titulada La colmena, considerada por muchos como la obra cumbre del Premio Nobel español Camilo José Cela, no hay duda de que tiene razón Doña Visi al advertirle a Julita que se cuide, no sea que se aproveche de ella algún hombre con malas intenciones. Ese consejo le sirve de mucho a cualquier joven de la edad de aquella hija. Y hay que reconocer que hasta suena a refrán eso de que «los hombres se divierten con las mujeres frescas, pero al final se casan con las decentes». Pero ¿tiene razón Doña Visi al afirmar que la virginidad es lo único que las mujeres honestas y pobres pueden ofrecerle a su futuro esposo? Lo cierto es que el plan perfecto de Dios, nuestro Creador y Padre celestial, es que nos mantengamos vírgenes hasta el día de nuestra boda debido a que Él quiere lo mejor para nosotros y sabe que eso es lo que más nos conviene. Sin embargo, hay otras cualidades que Dios considera muy importantes también, tales como ser diligente y digno de respeto y confianza; honrar a los padres; mostrar amor, bondad, amabilidad y paciencia; no enojarse fácilmente ni guardar rencor, ni ser envidioso ni egoísta ni orgulloso; y tolerar y perdonar a los demás. Pero conste que, aunque la Biblia se refiere a algunas de esas cualidades con relación a la mujer, todas son tan importantes para el novio como para su novia, ya sea que hayan logrado mantener su virginidad o que la hayan perdido por alguna circunstancia, incluso por violación. Esforcémonos entonces por ser así, como queremos que sea la persona con quien nos casemos. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net La colmena

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«Los errores de mis yernos»

3/12/2024
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «He comenzado a ver los errores de los esposos de mis dos hijas, y sufro mucho porque ellos se están alejando de mí. No deseo causarles ningún daño; al contrario, trato de aconsejarles cuando veo algo injusto que cometen con mis hijas. Por favor, ¿qué me aconsejan?» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »Cada semana muchos hijos adultos nos escriben pidiendo consejo acerca de qué hacer con la madre entrometida que tienen. Son casos en que la mamá los ama mucho pero no tiene la sabiduría para comprender que debe guardar cierta distancia de la vida de sus hijos. Hay una fórmula en el segundo capítulo de la Biblia que se repite unas tres veces a través de las Sagradas Escrituras: “Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser.” Esa fórmula establece con claridad que los recién casados deben dejar a sus padres, separándose de ellos tanto física como emocionalmente. Los que continúan viviendo en casa con sus padres no están siguiendo la fórmula y, por lo general, tendrán que afrontar muchas dificultades como resultado. »Pero aun los que se van del hogar paterno para vivir por su cuenta, si continúan esa relación de padre e hijo dependiente, también tendrán problemas en su matrimonio. La persona que se casa ya no es el niño o la niña que depende de sus padres. Ahora es una persona adulta, y debe ser respetada como tal por sus padres. Eso quiere decir que los padres no deben darle ningún consejo a menos que se lo pida específicamente. Es más, deben permitir que sus hijos adultos se equivoquen y paguen las consecuencias de esos errores. Los padres deben establecer una nueva relación con ellos basada en la interacción y la comunicación adulta. Ha dejado de existir para siempre la antigua jerarquía del padre como el maestro y el hijo como el discípulo. Ahora son iguales, y deben tratarse como iguales. »Yo soy madre de cinco hijos adultos. Sé por experiencia que es muy difícil dejar de darles consejos. Por supuesto, no siempre tengo éxito, pero son incontables las veces en que no he dicho lo que de veras quería decir. Mis hijos adultos constantemente toman decisiones con las que no estoy de acuerdo, pero reconozco que ahora ellos tienen el derecho de hacer las cosas a su manera, y que a veces mi opinión no es importante. »Yo permito que mis cinco hijos adultos marquen el paso con relación a lo mucho o a lo poco que nos comunicamos.... Todos son adultos y tienen el derecho de decidir hasta qué punto quieren que yo intervenga en su vida. No los voy a obligar a comunicarse conmigo si no tienen el deseo de hacerlo. »La única manera en que puede usted ayudar a sus hijas es rogar a Dios por ellas y brindarles apoyo emocional si se lo piden. Y al esposo de cada una, muéstrele sólo amor y respeto. »Es difícil, pero ¡usted puede lograrlo! »Linda, la esposa de Carlos Rey.» El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, se puede leer si se pulsa el enlace en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego el enlace que dice: «Caso 85». Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«Necesito vivir lo que él vivió»

3/11/2024
(11-M) Me conmovió relatarlo por primera vez en Un Mensaje a la Conciencia® el 11 de marzo de 2005, que era el primer aniversario de lo ocurrido ese jueves trágico en Madrid. Pero no sabía que a partir de marzo de 2017 yo habría de estar hospedado doce semanas en las afueras de Alcalá de Henares, que haría yo mismo el recorrido a la estación de Atocha en Madrid varias veces por ese corredor de los trenes del AVE (Alta Velocidad Española), y que cada vez que lo hiciera recordaría aquel crimen contra la humanidad el 11 de marzo de 2004. El saldo de las bombas terroristas que estallaron ese día fue de casi doscientos muertos y dos mil heridos. Pero esas cifras no incluyen los corazones destrozados de los familiares de las víctimas. Entre los que fallecieron estaban Jorge Rodríguez, de veintidós años, y Angélica González, de diecinueve. Los dos abordaron el mismo vagón del tren que partió a las 7:12 AM de la estación de cercanías en Alcalá de Henares. Nadie sabe si se conocían, sino sólo que vivían en el mismo barrio y habían estudiado en el mismo instituto. Unos veinte minutos después, al llegar a la estación de Santa Eugenia, ambos perdieron la vida. Sus respectivas madres, unidas por la tragedia, se hicieron amigas y, a modo de homenaje, comenzaron a hacer juntas, todos los años, el mismo recorrido que hicieron Jorge y Angélica aquel aciago día. La madre de Angélica recuerda emocionada la última pregunta que le hizo su hija: «¿Sabes que te quiero mucho, verdad?», así como su respuesta: «Claro que sí, cariño, y yo a ti también.» Y comenta al respecto: «Ojalá ese día me hubiese ido de este mundo con ella. Al principio incluso hacía este trayecto para ver si me pasaba lo mismo.» Por su parte, la madre de Jorge explica: «Para mí, recorrer este camino... es duro... pero necesito vivir lo que él vivió.... Es como si le acompañara. Este recorrido es una forma de decir: “Hijo, no pude estar [contigo el día en que pasó], pero voy ahora.”» Cada año las dos reviven el 11-M como el día de Jorge y Angélica, y juran que seguirán haciendo el mismo trayecto hasta el día en que termine su existencia. Gracias a Dios, alrededor del mundo madres como éstas pueden recibir consuelo de parte de Jesucristo, conscientes de que Él se identifica plenamente con ellas. Es que Él vino al mundo precisamente para recorrer nuestro camino. Sabía que iba a ser duro, pero lo hizo porque consideró que necesitaba vivir lo que vivimos nosotros. Sin embargo, a diferencia de la madre de Jorge y la de Angélica, que de haber sido posible hubieran escogido morir ellas mismas ese día en lugar de sus hijos, Cristo no sólo quiso, sino que pudo morir en nuestro lugar y así salvarnos de la muerte eterna. Y a quienes lo reconocemos como nuestro Salvador, nos promete no sólo que va a estar con nosotros hasta el fin del mundo, sino también que va a prepararnos un lugar en el hogar de su Padre celestial adonde nos llevará para estar con Él para siempre. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net El País

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«Cuatro años bastan»

3/9/2024
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Soy viudo desde hace cuatro años. Quedé con dos hijos, uno de treinta y dos, y otro de veintiséis. El mayor se casó. »Hace siete meses me comprometí con una señora de cuarenta años porque no quiero estar solo. Pero mi hijo de veintiséis se quedó en la casa.... y es un muchacho un poco difícil. Quiero saber si hice bien.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »Nos alegra que nos haya consultado. Trataremos de ayudarlo, pero no sabemos si está más preocupado de que su compromiso sea un problema para su hijo, o de cómo su prometida va a lidiar con el tener en casa a un hijo adulto después de que se hayan casado. »Si usted está preocupado por el bienestar de su hijo adulto, le recomendamos que lea el Caso 92 en www.conciencia.net. En ese Caso explicamos en detalle cómo es que los viudos y las viudas no necesitan el consentimiento de sus hijos adultos para volver a casarse. Si bien fue muy prudente el haberles dado a sus hijos un margen de cuatro años para ajustarse a la pérdida de la mamá, y a pesar de que no debe esperar que ellos jamás se repongan de la muerte de ella, cuatro años bastan para que un adulto sano se ajuste a tal pérdida. »Si es posible, sería mejor para todos si usted pudiera mudarse de la casa en que vivió con la madre de sus hijos. Es muy difícil para los hijos el ver a otra mujer en la misma casa donde vivió la madre, cocinando en la misma cocina donde ella cocinaba, y sentada a la misma mesa del comedor. Al mudarse de esa casa, usted puede tener un nuevo comienzo después de casado. »Una de las opciones que pudiera considerar es mudarse con su nueva esposa a una casa más pequeña y prestarle a su hijo menor el dinero que él necesitaría para mudarse a una casa distinta o un apartamento, tal vez con compañeros de cuarto. No estamos sugiriéndole que pague los gastos mensuales de él, sino sólo que lo ayude con el considerable gasto que representa la mudanza. »Es obvio que su prometida no tendría tanta dificultad con su hijo si usted no planeara que ellos vivieran juntos en la misma casa después del matrimonio. Es más, si su hijo ya resiente la presencia de ella en la vida de usted, es importantísimo que usted no espere que él llegue a vivir en paz con ella bajo el mismo techo. »Es probable que su hijo piense que no está haciendo más que defender a la mamá. Tal vez sienta que tiene que proteger la memoria de ella, y que usted la está traicionando al cultivar una nueva relación sentimental.... »Si usted no le ha pedido a Dios que le dé sabiduría, le recomendamos que lo haga de inmediato. Dios sabe lo que más les conviene a usted, a su hijo y a su nueva esposa. Si usted está dispuesto a seguir en los caminos de Dios y permitir que Él lo guíe, podrá sobreponerse a esta dificultad actual y seguir adelante hacia un futuro más promisorio.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo se puede leer si se ingresa en el sitio www.conciencia.net y se pulsa la pestaña que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 661. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«Una mujer valiente entre las valientes»

3/8/2024
(Día Internacional de los Derechos de la Mujer) «Si una mujer pudo llegar al mismo nivel de valentía y sacrificio en pos de la libertad que el demostrado por Micaela Bastidas en el proceso precursor de la independencia, esa fue sin duda alguna Tomasa Tito Condemayta [una mujer valiente entre las valientes] —afirma el escritor peruano Bruno Pólack al comienzo de su capítulo sobre aquella prócer en su obra titulada Mujeres que forjaron el Perú—. Tomasa Tito también venía, como la familia Condorcanqui de Túpac Amaru, de un linaje noble del Imperio incaico. Esto hizo que se le concediera, aún en el Virreinato [del Perú], el cargo de cacica de Acos.... »Casi de inmediato y sin vacilar se sumó a la rebelión de Micaela Bastidas y Túpac Amaru II.... El 18 de noviembre de 1780 se llevó a cabo la memorable Batalla de Sangarará... el primer gran choque por la independencia, y no sólo del Perú sino de toda Sudamérica... siendo la primera vez que se organizó un ejército revolucionario con la intención de abolir la esclavitud y lograr la libertad, enfrentándose a un ejército regular de la colonia. En ese choque... Tomasa Tito... no sólo [contribuyó a] conseguir tropas, armas, alimentación y todo lo necesario para una guerra, sino... demostró [valentía] en el campo de batalla, donde puso en juego no sólo el título que se le había otorgado desde la colonia por su antepasado real, sino su propia vida y la de todo su pueblo.» Seis días después se le informó que un batallón español venía de la ciudad de Paruro para emboscar a Túpac Amaru II y los vencedores de Sangarará. Así que, al mando del primer ejército del Perú conformado por mujeres, Tomasa Tito atacó con estrategia y con furia a los españoles, que contaban con armas de fuego, en el puente de Pillpinto. Armadas con palos y hondas (llamadas huaracas), con las que le lanzaron proyectiles a la tropa enemiga cuando comenzó a cruzar el puente, al cabo de varias horas de lucha incesante, el arrojo y la valentía de aquellas atacantes... hizo que los españoles huyeran desordenadamente, dejando muchas bajas de su lado.... Aquel glorioso día «un ejército formado exclusivamente por mujeres [venció] a un batallón que... tenía la intención de sorprender y fue sorprendido», comenta irónicamente Pólack. «Ya cuando Túpac Amaru II... se había decidido por fin a tomar la ciudad del Cusco... Tito... le escribió una carta a Micaela Bastidas donde... le decía: “El invasor no pasará sino sobre nuestros cadáveres”». Trágicamente aquellas palabras habrían de ser proféticas. «Tomasa Tito Condemayta murió junto a Micaela Bastidas y Túpac Amaru en la Plaza de Armas del Cusco. [Al igual] que ellos... fue torturada, ahorcada y luego desmembrada.... Pero el ejemplo de nuestra heroína... prendió y corrió como un reguero de pólvora... por todo el virreinato del Perú y por toda Sudamérica», concluye el escritor peruano. Quiera Dios que el ejemplo que aquella «mujer valiente entre las valientes» nos dejó en Pillpinto nos inspire a cada uno a sorprender al enemigo de nuestra alma venciéndolo con la determinación de protegernos de sus emboscadas con la armadura que Dios nos ha provisto. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net Mujeres que forjaron el Perú

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«La primera mujer independentista de América»

3/7/2024
(Víspera del Día Internacional de los Derechos de la Mujer) «Se casó el 25 de mayo de 1760, a los quince años, con José Gabriel Condorcanqui, descendiente directo de Túpac Amaru, el último inca rebelde cuando el incanato encontraba su final en Vilcabamba.... No tenía ni la educación ni la nobleza que acompañaban a su marido, pero poseía un carácter y una astucia sin igual. Fue descendiente de africanos por parte de su padre... y de indígenas por parte de su madre....» Así comienza el escritor peruano Bruno Pólack su capítulo sobre «Micaela Bastidas, la primera mujer independentista de América» en su obra titulada Mujeres que forjaron el Perú. Es que en 1780 Micaela Bastidas Puyucahua y su esposo Túpac Amaru II, como cacique de Tungasuca y de importantes territorios de Cusco, formaron una Junta Revolucionaria que, luego de varias victorias rebeldes, emitió un edicto que abolía la esclavitud y declaraba la libertad inmediata de todos los trabajadores forzados. Ese primer grito de libertad en América no duró mucho, y el territorio liberado no fue grande, pero el ejemplo prendió fuego en toda América Latina. «Luego de eso —narra Pólack—, Túpac Amaru partió de inmediato a las provincias aledañas a buscar el apoyo de los demás líderes, y todo el mando y la administración recayeron en... [su esposa] Micaela...: “Mi señora gobernadora doña Micaela Bastidas”... Todos los informes dirigidos a ella venían precedidos con el mayor de los respetos.... Se podría decir... que desde la caída del Imperio Inca esa fue... la primera región libre... por un pequeño lapso de tiempo... en lo que sería luego el territorio peruano, y que fue gobernada por una mujer.» «El levantamiento... logró reunir un ejército de miles de hombres y mujeres sin experiencia militar ni armamento considerable. Fue una rebelión exclusivamente indígena y popular —declaran la historiadora colombiana Diana Uribe y su hija Alejandra Espinosa Uribe en su obra titulada Revoluciones: Movimientos que transformaron la historia de la humanidad—.... Se extendió por Perú, Bolivia y partes de Argentina, pero sus ecos se escucharon por todo el continente.... El ejército rebelde avanzó hasta Cuzco y tomó varios territorios, pero los españoles lograron defender la ciudad y... aunque Micaela resistió un tiempo más, lo que pudo haber sido una revolución fue aplastado con violencia. No obstante, fue el levantamiento más importante de la historia colonial», concluyen las coautoras de Revoluciones. Al igual que Micaela y Túpac Amaru II, Jesucristo, el Hijo de Dios, sufrió un cruel y despiadado martirio antes de entregar su vida por la causa de la libertad. Pero a diferencia de ellos, Cristo la entregó sin ofrecer resistencia alguna, pues no murió para liberar a los suyos de las cadenas de la esclavitud física y de trabajos forzados sino para liberar a toda la humanidad de las cadenas del pecado al que nos hemos dejado someter por el cruel y despiadado verdugo de nuestra alma. Más vale entonces que determinemos que, en lo personal, ese sacrifico supremo no haya sido en vano. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net Mujeres que forjaron el PerúRevoluciones: Movimientos que transformaron la historia de la humanidad

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«Él juega bruscamente con mi hijo pequeño»

3/6/2024
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Hace cinco meses comencé a vivir con una nueva pareja, y él y yo no nos ponemos de acuerdo en cómo criar a su hija con mi hijo, que tienen cuatro y cinco años. »A veces, cuando él juega con mi pequeño, lo hace bruscamente... al punto de hacerlo llorar. Él no es así con su hija, y eso me causa malestar porque encuentro injusta la situación. Creo que mi pareja le tiene rabia porque mi hijo a veces se pelea con su hija por juguetes.... Siento que me abruma esta situación, y ya no sé qué hacer. He pensado incluso que fue un error la decisión que tomé de vivir con él.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »Creemos que es prudente que esté preocupada por esta situación que está dando como resultado que usted y su hijo se vuelvan en contra de su compañero sentimental y la hija de él. Usted tiene lealtades divididas debido a que quiere proteger a su hijo y sostener una buena relación con su pareja al mismo tiempo.... »Después que se divorciaron mis padres, mi mamá decidió permitir que su compañero sentimental viviera en casa con nosotros. Finalmente se casaron, pero ni mi hermana, ni mi hermano ni yo le importábamos a ese hombre, ni siquiera después de que nos casamos. Él tenía un temperamento violento y era un alcohólico. Fue muy difícil tener que vivir bajo el mismo techo con él durante ocho años, y creo que a mi mamá le importaba más estar con él que el bienestar de sus propios hijos. »Es muy probable que su compañero piense que necesita “hacer más hombre” al hijo suyo. Tal vez crea que es un “niño mimado por su mamá”, y que le conviene ser tratado con aspereza por un hombre. Pero como usted sospecha que él está desahogando en su hijo el enojo que siente, se ha vuelto una situación muy traumática y poco saludable para todos ustedes, así que recomendamos que haga lo necesario para ponerle fin a esta relación tóxica de inmediato. »Como tal vez sepa, nosotros creemos que los padres debieran esperar hasta que sus hijos hayan terminado la escuela secundaria antes de siquiera considerar sostener otra seria relación sentimental. Sus hijos formaron parte de su vida primero, así que esos hijos son su responsabilidad primordial. Cuando el padre o la madre tienen otra pareja, el bienestar emocional de los hijos casi siempre sufre, así que lo mejor es que se enfoquen en lo que necesitan los hijos hasta después de la adolescencia. »También creemos que son sabias las personas que siguen el plan de Dios de esperar hasta después de casarse para sostener una relación sexual. Esto evita que haya riesgo alguno de un embarazo indeseado antes del matrimonio, y contribuye a que la pareja se evite la excesiva presión emocional que implica una relación sexual.» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo se puede leer si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 790. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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