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Un Mensaje a la Conciencia

Christian Talk

Populares programas de 4 minutos que comienzan con una anécdota o historia y terminan con una aplicación moral y espiritual. Se han transmitido de lunes a sábado durante más de 40 años. Actualmente se difunden más de 4 mil veces al día en 30 países en la radio, la televisión y la prensa, y ahora via Internet en Conciencia.net.

Location:

Costa Mesa, CA

Description:

Populares programas de 4 minutos que comienzan con una anécdota o historia y terminan con una aplicación moral y espiritual. Se han transmitido de lunes a sábado durante más de 40 años. Actualmente se difunden más de 4 mil veces al día en 30 países en la radio, la televisión y la prensa, y ahora via Internet en Conciencia.net.

Language:

Spanish

Contact:

Asociación Hermano Pablo Box 100 Costa Mesa, CA 92628 9499227501


Episodes
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«Infame comercio»

12/2/2024
(Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud) «Las primeras descripciones de Colón sobre los indios se referían a los lucayos. Luego éstas fueron atribuidas a todos los indios de Quisqueya. Dice el Almirante: “Eran de hermosos gestos y cuerpos”... tenían “buen ingenio” y debían de ser “buenos servidores”.... »... En cuatro o cinco años... entre 1508 y 1513, ante la indetenible disminución de los indios autóctonos encomendados... llegaron a la Isla [Española] cerca de cuarenta mil [lucayos, también llamados] yucayos. Estos arribaron, en su mayoría, por Puerto Plata y Puerto Real, porque estos puertos quedan más cerca de las Islas Lucayas.... llamadas “Islas Inútiles” por los españoles... entre otras, Curazao, Aruba y [Bonaire].... También sabemos, por [Fray Bartolomé de] Las Casas, que “diez o doce vecinos de La Vega y Santiago [de los Caballeros] juntaban diez o doce mil pesos oro, con los que compraban dos o tres navíos, [tomando] a sueldo cincuenta o sesenta hombres, entre [ellos] marineros, y se iban a las Islas a secuestrar indios”.... »... El licenciado Morquecho narra con brutal realismo la captura de los indios de las “Islas Inútiles”: “Obraban (los captores) con mucha soltura; robaban indios [y] atormentaban a otros para que les dijeran dónde había otros ranchos [y bohíos] para traer más indios.... Tomaban las indias que más les [placían]... fuesen casadas o no... [y] se echaban con ellas [y] azotaban a muchos [y] les [hacían y] daban otros tormentos [y] los tenían presos [y] agrupados en ciertos ranchos.... Allí morían de hambre.” »“Las armadas” para la obtención de estos indios tenían pocos gastos, pues... se “proveían mal las carabelas”, sin alimentos.... Por tanto... los infelices “yucayos y gigantes”... se caían de hambre al desembarcarlos en Puerto Plata. La mayor parte, si no morían en la travesía, morían después. El máximo promotor de estas “armadas” fue el licenciado Lucas Vásquez de Ayllón, quien se empeñó grandemente con este infame comercio. Ayllón tenía en Puerto Plata una hacienda especial para reacondicionar y engordar... a estos indios antes de “herrarlos” como esclavos y venderlos [a bajo precio... 24 pesos de oro] en la plaza pública de Santiago.... »... Allí los “herradores”... Esteban de la Fuente, Martín Hernández, García Caxco y otros... marcaban con hierro al rojo... a los esclavos yucayos, con una marca especial en los brazos, piernas y pechos. A los indios gigantes les ponían, tatuados singularmente con tinta indeleble, los nombres de sus amos.» Así nos describe el historiador dominicano Carlos Dobal los indecibles tormentos que sufrieron los indios lucayos «en los albores del siglo XVI». Sin embargo, más insufrible aún es que padecieran semejantes tormentos a manos de quienes tenían la misión de cristianizarlos. El Misionero Máximo del cristianismo, Jesucristo mismo, ya había sufrido en su propio cuerpo por ellos, llevando a la cruz sus pecados, pagando así el precio supremo para rescatarlos de la esclavitud al pecado que heredaron de sus antepasados. Más vale que decidamos hoy mismo que el precio que pagó Cristo por nuestro rescate, no en pesos de oro sino con su sangre, al menos en el caso nuestro no haya sido en vano. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net Santiago en los albores del siglo XVI: El solar de Jacagua

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Premio por atención prestada

11/30/2024
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Hace cuatro años que estoy con mi novio, pero la relación se ha ido deteriorando por infidelidades por parte de él. Hace un año conoció a una mujer mayor que él, y ella le prometió cosas tales como dinero, empresa y automóvil. »Él dice que ella sabe sobre nuestra relación y que él quiere estar conmigo, pero que no quiere dejar de comunicarse con ella porque le ha prometido ayudarlo. Y ahora quiere ir a almorzar con ella, pero no quiere que yo vaya porque ella se ofendería y ya no lo ayudaría. »¿Debo dejar que todo esto siga así, o debo terminar nuestra relación? Él dice que lo hace por nuestro futuro.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »Nos alegra que nos esté pidiendo consejo. El tomar la decisión que más le conviene puede mejorar su vida, mientras que el tomar una decisión equivocada puede arruinarla. »Imaginémonos que usted consiente con el plan y acepta que su novio se reúna con la otra mujer y le preste atención a ella. Imaginémonos también que ella cumple dándole lo prometido y que eso contribuye a que usted y él tengan un futuro más cómodo juntos. ¿Cómo se sentiría sabiendo que, mientras todo eso está pasando, usted no está formando parte de esas reuniones porque la mujer se ofendería si usted fuera incluida? ¿Acaso no dudaría de las intenciones de una mujer que se está viendo a solas con un hombre más joven y le está dando obsequios costosos como premio por la atención que él le está prestando? »Lo más preocupante de esta situación es que su novio ha tratado de convencerla de que es aceptable que él le dé a la mujer lo que ella desea con tal que ustedes dos sean recompensados como resultado. Usted admite que él ha sido culpable de infidelidades en el pasado, así que es probable que él considere otra infidelidad como un precio justo que pagar para salir adelante económicamente. Pero él quiere hacerlo con su permiso para que pueda también considerarse como algo bueno que él está haciendo en beneficio de los dos. »Esta manera de pensar se denomina consecuencialismo debido a que procede de la creencia que la moralidad de un acto debe juzgarse exclusivamente por las consecuencias que tenga. Al parecer, su novio cree que es moralmente aceptable decir y hacer cualquier cosa que la mujer quiera con tal que, como resultado, él sea recompensado. Y él quiere que usted crea que es moralmente aceptable también. »Nosotros no creemos en el consecuencialismo. Creemos, más bien, en las normas morales que nos ha dado Dios, entre ellas las virtudes de la honradez, la integridad y la fidelidad. Si uno tiene que mentir, engañar o ser infiel, entonces esas acciones son moralmente reprobables por muy buenas que sean las consecuencias. Además, no hay ninguna garantía de consecuencias positivas cuando hay tanto riesgo de decepción, desilusión y engaño.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. Este caso y este consejo pueden leerse e imprimirse si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 699. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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El poder de una palabra

11/29/2024
Uno de los guerreros valientes del pueblo de Israel fue el juez llamado Jefté, de la región de Galaad. Cuenta la historia sagrada que tan pronto como derrotó a sus enemigos los amonitas, conquistando veinte de sus ciudades, Jefté tuvo que lidiar con sus presuntos hermanos de la tribu de Efraín. Éstos, con manifiesta desfachatez y hostilidad, le reclamaron a Jefté: —¿Por qué fuiste a luchar contra los amonitas sin llamarnos para ir contigo? ¡Ahora prenderemos fuego a tu casa, contigo dentro! Jefté respondió: —Mi pueblo y yo estábamos librando una gran contienda con los amonitas y, aunque yo los llamé, ustedes no me libraron de su poder. Cuando vi que ustedes no me ayudarían, arriesgué mi vida, marché contra los amonitas, y el Señor los entregó en mis manos. ¿Por qué, pues, han subido hoy a luchar contra mí? Acto seguido, a Jefté le tocó pelear contra los de la tribu de Efraín y vencerlos a ellos también. Después de la derrota, cuando los sobrevivientes de Efraín procuraban cruzar inadvertidos el Jordán, los hombres de Galaad los detenían en los vados del río y los identificaban con sólo decirles que pronunciaran la palabra hebrea shibolet, que significa «corriente de agua». En aquellos tiempos el idioma hebreo presentaba ciertas diferencias dialectales en las diversas regiones de Palestina, y los de Galaad sabían que los de Efraín no pronunciaban las eses como ellos. De ahí que, en lugar de decir shibolet con la hache, pronunciando las consonantes «sh» algo más suave que una che, dijeran «sibolet» sin la hache intermedia, y de ese modo se descubrían. No podían ocultar su verdadera identidad. ¡Esa insignificante diferencia de pronunciación les costó la vida nada menos que a cuarenta y dos mil hombres! Así como una sola palabra llegó a identificar y a delatar a aquellos hombres en los tiempos bíblicos de los jueces de Israel, y hasta determinó su destino, también una sola palabra nos identifica y nos delata a nosotros en la actualidad, sólo que en vez de determinar nuestro destino, muestra más bien nuestros orígenes. Se trata de la palabra «gracias», que pronunciándola así, con la ce como si fuera una ese sencilla, nos identifica como hispanoamericanos, mientras que si pronunciáramos la ce más cerca de la zeta de modo que sonara «grathias», nos identificaría como españoles de la península ibérica. Pero no es esa diferencia de pronunciación lo que revela nuestros orígenes, sino el modo en que la empleamos. Pues lo que nos caracteriza como personas que sabemos agradecer los favores recibidos es el haber aprendido a dar las gracias de un modo natural y no afectado, espontáneo y no forzado, sincero y no fingido, y regular y no esporádico, como quien lo hace de costumbre y por cultura. ¡Por algo será que a los niños de todas las edades y culturas se les ha enseñado lo importante que es emplear la palabra «gracias» con liberalidad, como evidencia de buenos modales, buenas costumbres y buena educación! Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«El motor del universo»

11/28/2024
(Décimo Aniversario de la Muerte de Roberto Gómez Bolaños) «Sus holgados pantalones tenían más parches y remiendos que tela original. Estaban precariamente sostenidos por dos tiras de tela que hacían las veces de tirantes, terciadas sobre una vieja y descolorida playera en la que también predominaban los parches y los remiendos. Calzaba un par de zapatos... que evidentemente habían pertenecido a un adulto. Pero lo más característico de su atuendo era la vieja gorra con orejeras.... »—¿Grasa, jefe? —me había preguntado mostrando el cajoncillo de limpiabotas. Y yo estuve a punto de responder que no... pero entonces surgió el presentimiento.... Respondí afirmativamente... y comenzó a realizar su tarea con inusual entusiasmo. Entonces lo observé con mayor atención, y al instante comprendí cuál había sido la razón que justificaba mi presentimiento: aquel niño era la encarnación total de la ternura.... »—¿Cómo te llamas? —le pregunté.... »—... Todos dicen que soy el Chavo del Ocho.... »Le di una buena propina cuando terminó de lustrar mis zapatos. Eso hizo que... se pusiera a bailotear al tiempo que exclamaba: »—¡Con esto me puedo comprar una torta de jamón... o dos... o tres...! »Y luego, pronunciando un rápido y entusiasta “gracias”, levantó ágilmente sus arreos de trabajo y se lanzó corriendo a la calle.... Fue entonces cuando descubrí el cuaderno. Lo había dejado a un lado de la banca del parque donde estaba yo sentado.... [Era] el manuscrito más espontáneo que jamás hayan podido ver mis ojos: “El Diario del Chavo del Ocho”. »[Después de leerlo] por segunda vez... me convencí de que era necesario dar al público la oportunidad de conocer ese mundo extrañamente optimista en que se puede desenvolver un niño que carece de todo menos de eso que sigue siendo el motor del universo: la fe.» Con ese prólogo comienza el escritor y actor mexicano Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, su obra titulada El diario del Chavo del Ocho, dando así a conocer la razón por la que lo ha publicado. Y termina el libro con este epílogo: «... Así... concluye esto que decidimos publicar con el título de “Diario del Chavo del Ocho”. Pero no es (ni debe ser) un final, ya que, salvo obvias excepciones, los diarios se distinguen precisamente por eso: por no tener un final. Y las excepciones suelen ser tristes...» Así como Gómez Bolaños escribió que no debía tener un final el diario del personaje que artísticamente encarnó, también creía que no debía tener un final el diario de su propia vida. En su poema titulado «Asilo para el alma» que acostumbraba citar, lo expresaba en los siguientes versos: Gracias a Dios, aunque nos haya dejado un triste vacío el final de la vida terrenal de Chespirito, podemos dejar que nos llene de esperanza la fe de que aquí no se acaba todo. Pues es mediante la fe, que es, en efecto, «el motor del universo», que creemos que Jesucristo fue al hogar de su Padre en el cielo a prepararnos un asilo para el alma. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net El diario del Chavo del Ocho

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¿Son privadas las redes sociales del cónyuge?

11/27/2024
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Hace tres meses me di cuenta de que mi esposa me fue infiel.... Tenemos una hija de tres años, así que cuando mi esposa me pidió que la perdonara, la perdoné y le dije que le iba a dar nuevamente mi confianza. Pero cuando le pedí que me dejara ingresar a sus redes sociales... me dijo que no porque eso era privado, y que yo me estaba comportando demasiado tóxico. ¿Qué consejo me dan?» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »Antes de hacerle algunas sugerencias, vamos a tener que suponer que no ha engañado a su esposa tal como ella lo ha engañado a usted. Si, por el contrario, usted la ha engañado, entonces ambos han quebrantado sus votos. En ese caso, el perdonarse sería una decisión mutua y no de una sola parte, como usted da a entender. »En segundo lugar, suponemos que cuando usted le pidió a ella que lo dejara ingresar a sus redes sociales, usted le ofreció que, de la misma manera, ingresara a las suyas. De lo contrario, la petición de usted hubiera parecido una manifestación de poder sobre ella, y tal vez incluso un acto de venganza. Eso sí pudiera considerarse tóxico. »Sin embargo, si nunca ha engañado a su esposa, y si le ofreció dejarla ingresar en las redes sociales de usted, entonces es probable que ella tenga algo que está tratando de ocultar. Quizá esté tratando de ocultar los pormenores de la aventura que usted ya le ha perdonado. De ser así, ella debe borrar por completo sus cuentas y mensajes en las redes y comenzar de nuevo, dándole las contraseñas de todo de ahí en adelante.... Así mismo, ella debe tener las contraseñas de todas las cuentas de usted. »A fin de ayudarle a su esposa a comprender por qué esto es necesario, pídale que lean juntos el Caso 272 en www.conciencia.net. En ese consejo dimos a conocer algunas de las razones por las que conviene que las parejas tengan acceso mutuo a sus mensajes y sus redes sociales, incluso si nunca miran las cuentas. »En todo caso, queremos dejar en claro que las parejas que comparten un hogar y una familia no tienen razón alguna para mantener ocultos sus mensajes y redes sociales la una de la otra a menos que el empleo de uno de los dos requiera tal confidencialidad o seguridad interna. En ese caso, lo más probable es que cuenten con dispositivos separados para fines laborales. »Dios diseñó el matrimonio para unir a un hombre y a una mujer. De hecho, su Hijo Jesucristo enseñó que los dos se unen a tal grado que llegan a ser uno solo. Ese acercamiento físico representa lo que debiera suceder también en el corazón y la mente de cada uno. Es que cuando uno de los dos o ambos se reservan partes de sí mismos o guardan secretos, el matrimonio jamás podrá ser tan fuerte como Dios quiso que fuera.» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo se puede leer si se pulsa la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 818. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«Recibí flores hoy»

11/26/2024
(25 de noviembre: Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra la Mujer) Recibí flores hoy. No es mi cumpleaños ni ningún otro día especial. Tuvimos un disgusto anoche, y él me golpeó; pero sé que él está arrepentido, porque me mandó flores hoy. Recibí flores hoy. No es nuestro aniversario ni ningún otro día especial. Anoche me lanzó contra la pared y comenzó a ahorcarme; pero sé que él está arrepentido, porque me mandó flores hoy. Recibí flores hoy. No es el Día de la Madre ni ningún otro día especial. Tenía tantos moretones que me dio pena contestar a la puerta; pero sé que él está arrepentido, porque me mandó flores hoy. Si lo abandono, ¿a dónde puedo ir? ¿Cómo me gano la vida? ¿Y qué será de mis hijos? La situación empeora cada vez más, pero temo dejarlo; pero sé que él está arrepentido, porque me mandó flores hoy. Recibí flores hoy. Mi familia y mis amigos desfilaron ante el féretro para verme, preguntándose por qué no había dejado a mi marido. ¡Si sólo hubiera tenido la fuerza y el valor para dejarlo! Pero no lo hice, ¡así que recibí flores hoy! Este imaginario relato póstumo escrito a modo de poema en 1991 por Allen «Two Trees» Dowdell, casado con una mujer que fue víctima de maltrato a manos de su marido anterior, nos obliga a encarar los innumerables casos de mujeres que aún en el siglo veintiuno se dejan maltratar y no le ponen fin a la violencia por el miedo que le tienen a su agresor. El siguiente caso se lo contó al diario El Tiempo uno de los médicos legistas del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses en Colombia. Una mujer llegó con un brazo roto. El médico, al ver que ella tenía secuelas de malos tratos anteriores, le preguntó por qué no había denunciado antes a su esposo. La sufrida mujer respondió: «Mi marido me pegaba lo normal.» Otro de esos médicos informó que había tenido que atender quince veces a la misma mujer golpeada por el mismo agresor. Gracias a Dios, toda víctima de semejante violencia puede acudir a Él con la confianza no sólo de que comprende su dolor, sino también de que tiene poder para darle la fuerza necesaria para abandonar al victimario y buscar ayuda profesional. Dios envió a su Hijo Jesucristo al mundo para que sufriera en carne propia el maltrato a manos de crueles verdugos, y así pudiera identificarse con nosotros, interceder por nosotros y ofrecernos a cada uno su ayuda oportuna en toda circunstancia adversa de la vida. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net I Got Flowers Today

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Abuso del derecho

11/25/2024
(Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra la Mujer) «—¿Cómo te llamas? »—Siervo Joya, mi padrecito. »—¿Y esta mujer es la tuya? »—Vivo con ella desde hace dos años, sumercé. »—Acércate, muchacha.... ¿Os queréis casar? »—No, mi padrecito: yo no quiero... —protestó Tránsito. »Lo cierto fue que los casaron al mediodía. »Siervo no entendió gran cosa de lo que dijo el padre... ese día... La Tránsito comprendió algo más, porque después recordaba que el padrecito había dicho que los hombres no debían pegarles a las mujeres, porque [esos] indios de por [ahí] las [trataban] como si fueran mulas de carga.... »—¿Eso dijo? Y vamos a ver: ¿Cuando resultan bestias y jetiduras como ciertas personas que uno conoce, y no llegan a tiempo con la mazamorrita, como me pasó hace dos días cuando andaba a media mañana por la peña pastoreando la cabra y todavía estaba en ayunas? ¿El padrecito no mentó ese caso? »—Mire, mano Siervo, que no comience con sus indirectas porque vamos a acabar mal. No se crea que porque soy huerfanita y me casaron a la fuerza me puede faltar al respeto. »—Eso sí que no lo dijo el padrecito.... De bruto he debido confesarme por haberme casado. »... Siervo y Tránsito no pararon de discutir hasta cuando llegaron al rancho ya de noche.... Siervo se desató la gruesa correa (de sus tiempos de soldado)..., se escupió las manos para agarrarla mejor, y se le fue encima a Tránsito. No descansó hasta verla tendida en tierra, con la ropa desgarrada y el rostro vertiendo sangre. »—¡Para eso quería casarse! —exclamó ella entre sollozos. Luego se levantó a encender el fogón y a desgranar el maíz para la mazamorra, igual que todas las noches, como habría de hacerlo de allí en adelante toda la vida y por obligación, pues la habían casado “a juro”, a la fuerza, y aunque quisiera, ya no podría largarse.» Estos pasajes tomados de la novela Siervo sin tierra del talentoso escritor colombiano Eduardo Caballero Calderón ilustran la triste realidad cultural de aquellos tiempos en esa región de Colombia. Los campesinos de la zona habían aceptado la forma de la Palabra de Dios, pero no su contenido. Siervo y Tránsito se casaron por la iglesia, eso sí, pero a la hora de la verdad, de poco les sirvió en su vida conyugal. ¡Hoy día nos parece inconcebible que así se pase una noche de bodas! Lo más lamentable del caso es que la Biblia enseña todo lo contrario. Tanto es así que San Pablo, después de exhortar a la esposa a que se someta a su esposo, ordena al esposo que ame a su esposa así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella. Y luego remata diciéndole al esposo que ame a su esposa como a su propio cuerpo, al que cuida y no maltrata a propósito. No seamos culpables de perpetuar el ciclo de maltratos de nuestros antepasados. Seamos sensibles más bien. ¡Tomemos a pecho esa exhortación, y resolvamos cada uno amar a Dios y amar a nuestro cónyuge así como Cristo nos amó y se dio por nosotros! Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net Siervo sin tierra

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Papá abusador sexual y mamá cómplice

11/23/2024
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «En una videollamada que mi hermana, de cuarenta y nueve años, nos hizo a mi hermano y a mí y a nuestros padres, ella inculpó y denunció a nuestro padre de abuso sexual, y a mi mamá de cómplice por no haber actuado desde que ella se lo comunicó cuando tenía treinta. »Pido a Dios que esto se solucione con justicia porque amo a toda mi familia, y me gustaría una intervención divina para que Dios sane las heridas y la vergüenza que esto me ocasiona.... En realidad, soy testigo de que mi papá, a quien amo tanto, tenía problemas de fetichismo e infidelidad constante hacia mi madre.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »¡Cuánto sentimos el dolor que usted y su hermano están sufriendo! Comprendemos que le dé vergüenza, aunque nada de esto es culpa suya. »También sentimos el dolor de su mamá. Todo lo que ella ha sufrido ha hecho que tenga temor de revelar la verdad, así que ha continuado encubriéndolo por casi dos décadas. Ella ha optado por proteger a su esposo mentiroso, engañador y abusivo en vez de apoyar a su única hija. »Sobre todo, sentimos mucho que a su hermana se le haya arrebatado la inocencia por parte de quien debió amarla más que a nadie en el mundo. Y para colmo de males, ni siquiera su propia mamá optó por apoyarla una vez que se le reveló al fin la verdad. »... Denunciar y poner al descubierto el sucio secreto es la única manera de proteger a otros niños o a otras mujeres que pudieran ser víctimas de ese abuso. Sin embargo, debido a que ha transcurrido tanto tiempo, es posible que las leyes en su país no admitan algo que sucedió hace tantos años. »En definitiva, a su padre no se le debe dejar con ninguna niña o ningún niño. Si usted tiene hijas, hijos, sobrinas, sobrinos, primas o primos, deben tomarse todas las medidas posibles para protegerlos de su padre. Usted debe revelarles esta verdad a los familiares para que puedan proteger a sus hijas e hijos. No cometa el mismo error que cometió su mamá al tratar de proteger a su padre. Recuerde que la vergüenza que siente usted no es nada comparada con la que ha sufrido su hermana. »Usted dice que desea que Dios resuelva esta situación. ¿Acaso tiene dudas de que su padre abusó de su hermana, a pesar de admitir que es testigo de la clase de hombre que él es? ¿Quiere usted que su hermana se porte como si nada hubiera sucedido y que vuelva a encubrirlo todo? »El Hijo de Dios, Jesucristo, cuando vivió en este mundo dijo que «no hay nada escondido que no llegue a descubrirse, ni nada oculto que no llegue a conocerse públicamente». Su padre pensó que podía abusar de la hija sin que nadie jamás se enterara. Pensó que había engañado a todo el mundo. Pero no engañó a Dios. Era sólo cuestión de tiempo hasta que todo se descubriera.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo se puede leer si se ingresa en el sitio www.conciencia.net y se pulsa la pestaña que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 698. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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El peso insoportable del dinero

11/22/2024
Salvador García trabajaba de cargador para una compañía de transportes en Madrid, España. Su oficio consistía en descargar los camiones y almacenar la mercancía en grandes bodegas. Con eso tenía para el sustento de su familia. Esa mañana Salvador comenzó temprano su trabajo. Pero era un cargamento descomunal. Se trataba de cajas llenas de monedas. Lamentablemente, por un mal movimiento, se le vino encima una pila de éstas. El hombre maniobró para esquivarla, pero no con suficiente rapidez para librarlo del golpe. Por lo pequeño y flaco que era, Salvador no soportó el peso de tantas monedas encima, en total 410 kilos. El que a un hombre lo aplaste el peso del dinero no es nada fuera de lo común. Al contrario, es algo que sucede todos los días. Lo extraordinario del caso es que lo que aplastó al hombre fue el peso físico del dinero y no el peso mental. ¿Por qué será que hay tanta gente que muere bajo el peso de la obsesión con el dinero? «¡Dinero, dinero! —exclamó Eca de Queiroz, escritor portugués—. ¿Qué no hacen los hombres por el dinero? ¡De todo! Aun vender su alma inmortal.» El apóstol Pablo, en una carta a su discípulo Timoteo, le dice: «Los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción. Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores» (1 Timoteo 6:10). Es interesante notar cómo el apóstol describe el peligro del dinero: el amarlo «es la raíz de toda clase de males». ¿Qué es el amor al dinero? Es la pasión obsesionante y enfermiza de querer más y más, de nunca tener lo suficiente. A algunos la obsesión los hace ahorrar y ahorrar sin saber ni para qué. A otros la obsesión los hace gastar y gastar, y de lo que obtienen nunca hay fin. El dinero que en forma desmedida obtenemos, y todo lo que conseguimos que va más allá de nuestras necesidades, nunca bastarán para satisfacer nuestra avaricia. Si sólo anhelamos lo material, viviremos ansiosos toda la vida. De los labios de Roger Bacon, monje inglés de la edad media, salieron las siguientes palabras, que son oro: «El dinero es como el estiércol. Amontonado, apesta, pero desparramado por el mundo, fertiliza.» Sólo cuando Jesucristo es nuestro Señor podemos ser libres de la pasión por el dinero y del peso mortal de la avaricia. Porque Cristo nos da el equilibrio necesario para saber usar el dinero, sin dejarnos dominar por él. Hermano Pablo Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«Lo quiero sólo como amigo y como el padre de mis hijos»

11/21/2024
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Desde hace muchos años no amo a mi esposo.... Para él, yo sólo fui importante durante los primeros años de matrimonio. Pero a pesar de que sentía que él no me amaba, siempre hice lo posible por salvar mi matrimonio, por él y por mis hijos; pero ya no puedo más.... »El compromiso de mi esposo era sólo el sustento alimenticio. Todo lo demás lo tenía que solucionar yo... todo el tiempo peleando.... »Ahora él me ha pedido perdón y ha reconocido su error.... Ha tratado de cambiar, pero yo no siento nada de afecto conyugal por él. Lo quiero sólo como amigo y como el padre de mis hijos. He sufrido por muchos años esta situación que me mantiene triste y acongojada. ¿Qué me aconseja usted?» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »... Usted ha hecho lo correcto al seguir sus instintos para tratar de salvar su matrimonio, y en definitiva eso es lo mejor para sus hijos. Nosotros creemos que hay que considerar a los hijos como lo más importante cuando se afrontan dificultades matrimoniales. Usted y su esposo decidieron darles a sus hijos la vida, y ahora no hay nada más importante que el bienestar de ellos. »Sin embargo, nos imaginamos que esté pensando: “¿Y qué de mí? ¿Qué de lo que estoy sintiendo yo? ¿Y qué del trato que he recibido durante tantos años?” Usted dice que ya no puede más, y está esperando que le demos la razón. »Le aconsejamos que consulte con su profesional de la salud acerca de los deseos que tiene de darse por vencida. Sólo una persona entendida en la materia puede examinar su salud física y emocional para saber si hay algo que ha causado que quiera rendirse. Esos años de descuido pudieron haber causado cambios en su cerebro que necesitan tratamiento. »Esta no es una cuestión de todo o nada. No estamos pidiéndole que se sobreponga al sufrimiento en tres breves pasos. Dígale más bien a su esposo que agradece que le haya pedido perdón, pero que va a pasar algún tiempo antes de que esté lista para perdonarlo. Se necesitaron años para llegar a esta situación, y quizás se necesiten años para salir de ella. ¡Pero vale la pena! »Mientras tanto, consienta en que vivan juntos como amigos, cuidando a los hijos, pero durmiendo aparte hasta que usted vuelva a sentir el afecto conyugal por él. Si el deseo que él tiene de cambiar es sincero, entonces usted lo constatará mediante las acciones y no sólo por las palabras que él diga. »Por último, hay dos razones por las que tarde o temprano necesitará perdonar a su esposo: Dios no nos perdonará nuestros pecados si nosotros no perdonamos a otros, y el negarnos a perdonar nos roba el gozo cada día y siembra peligrosas semillas en nuestro corazón.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo se puede leer si se ingresa en el sitio www.conciencia.net y se pulsa la pestaña que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 817. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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Una regla realmente revolucionaria

11/20/2024
(Día de la Revolución Mexicana) «Dejamos el cuartel general en Acapulco, y nos adentramos más a donde estaba la nidada de los zapatistas. Como los soldados tuvieron que combatir entre Agua del Perro y Tierra Colorada, nos mandaron adelante a las mujeres. Cuatro mujeres casadas iban conmigo. Nos vieron los zapatistas caminando y nos salieron al encuentro: »—¿Qué tanta gente viene por allí? »—Pues muy poca... »—Entonces vénganse para que no les toque a ustedes la balacera. »—Bueno, pues vámonos. »Nos fuimos con ellos y nos entregaron con el general Zapata.... Y entonces dice: »—Bueno, pues aquí van a andar con nosotros mientras llegue el destacamento de su gente de ustedes. »—Pues bueno. »Nos quedamos con él de avanzada como quince días en su campamento que estaba re bien escondido. »... Cuando el general Zapata supo que toda la corporación estaba ya en Chilpancingo, nos dijo: »—Vénganse conmigo para irlas a entregar una por una. Se quitó la ropa de general, se puso unos calzones blancos de indio, un gabán y un sombrero, y allá vamos. Iba desarmado. »... Se paró en la esquina del cuartel, y entonces me dice: —Aquí me esperan. »Llegó hasta la puerta del cuartel, y le pegaron el: «¿Quién vive?», y él contestó: »—México. »Luego les dijo: »—Vengo a buscar al señor Felipe Palancares. »No preguntó por los maridos de las mujeres. Sólo por mi papá para que no fueran a pensar mal. Salió mi papá y le dice el general: »—... Usted tiene una hija que se llama así... »—Sí. »—Pues aquí se la vengo a entregar. A usted le remito una hija, y le remito a estas mujeres que fueron avanzadas entre Agua del Perro y Tierra Colorada. »—Y entonces le dice mi papá: »—¿Quién es usted? »—Yo soy el general Zapata. —¿Usted es Emiliano Zapata? »—Yo soy. »—... Pues se me hace raro que usted sea el general porque viene usted solo. »—Sí. Vengo solo escoltando a las mujeres que voy a entregarle. Sus mujeres fueron avanzadas, pero no se les ha tocado para nada. Se las entregamos tal y como fueron avanzadas. Usted se hace cargo de las cuatro casadas, porque me dijeron que venían cuidando a su hija. Ahora, como a usted se las entrego, usted hágase cargo de que no vayan a sufrir con sus maridos. »Entonces dice mi papá: »—Sí, está bien. »... Y entonces el general se dio la media vuelta y se fue.» ¡Qué interesante y revelador vistazo del general Emiliano Zapata el que aquí nos presenta Josefina Bórquez, alias Jesusa Palancares, protagonista principal de la obra Hasta no verte, Jesús mío! En esta galardonada novela histórica, la autora mexicana Elena Poniatowska, la portavoz voluntaria de aquella soldadera de la revolución, hábilmente adapta al diálogo la transcripción de su entrevista personal con ella, a fin de que no se pierda nada importante ni se le añada algo innecesario a lo que realmente sucedió. Lo que no debemos perder de vista en este relato es que, con relación al trato que merece la mujer, el general Zapata, sin duda consciente de la verdad que encierra el refrán que dice: «La vergüenza y la honra, la mujer que la pierde nunca la cobra», llevó a la práctica la regla de oro y nos dejó ejemplo de eso como parte de su legado. Esa regla revolucionaria, que nos legó a todos en principio nuestro Señor Jesucristo en el Sermón del Monte, dice: «Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes.» Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net Hasta no verte, Jesús míoLas soldaderas

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«Él lo que quería era que fuéramos libres»

11/19/2024
(Víspera de la Revolución Mexicana) «Los zapatistas eran muy buenos para pelear, pues ¿cómo no habían de ser buenos si se subían a los árboles, se cubrían de ramas, y todos tapados andaban como bosque andando? ... Al avanzar... estaban escondidos dentro de los árboles, envueltos en hojas, en ramazones, no se les veía la ropa, y de pronto los balazos caían de quién sabe dónde, como granizada.... [Eran] además, conocedores del rumbo, porque todos eran de por allá de Guerrero, así es de que a fuerza tenían que perder los carrancistas porque estos bandidos tenían sus mañas para pelear. Se cubrían de yerba. Nomás se dejaban los ojos para estar mirando por dónde venían los carrancistas, por dónde venían los villistas, y agarraban buenas posiciones. Como si fuera poco, ponían zanjones tapados con ramas para que se cayera la soldada. ¡Y allí iba uno con todo y caballo! Claro que tenían que acabar con la gente de nosotros. ¡Tenían que ganar! ... pues eran vivos, valientes, sí, eran valientes, aunque fueran unos indios patarrajada, sin un petate en que caerse muertos. Los zapatistas eran gente pobre de por allí, del rumbo, campesinos enlodados.... »Cuando conocí al general Zapata, [él] era delgado, de ojos negros, encarbonados, con su bigote retorcido y su sombrero charro negro, con bordados de plata. Tendría como dos metros, así lo veía yo, ojón, muy ojón, y joven. No era grueso. Era muy bueno, palabra. Por la forma en que nos trató, no era hombre malo.... Zapata no tiraba a ser presidente, como todos los demás. Él lo que quería era que fuéramos libres; pero nunca seremos libres, eso lo alego yo, porque estaremos esclavizados toda la vida. ¿Más claro lo quiere ver? Todo el que viene nos muerde, nos deja mancos, chimuelos, cojos, y con nuestros pedazos hace su casa. Y yo no voy de acuerdo con eso, sobre todo ahora que estamos más arruinados que nunca.» Así se expresa Jesusa Palancares, sin vueltas ni rodeos, en la novela Hasta no verte, Jesús mío, ganadora del Premio Mazatlán de Literatura, escrita por la intelectual mexicana Elena Poniatowska. Pero Jesusa, la heroína de la obra, no es simplemente una genial invención de su autora. Poniatowska llegó a conocer a fondo a este formidable personaje en una larga entrevista que tuvo con ella. De ahí que, en pasajes como el que acabamos de citar, Josefina Bórquez, alias Jesusa Palancares, tuviera la oportunidad de ofrecernos una cándida perspectiva personal del general Emiliano Zapata, de los hombres que tuvo bajo su mando, y de la Revolución Mexicana por la que ellos y ella lucharon. ¡Qué triste que Josefina Bórquez pensara que nunca sería libre, sino que seguiría esclavizada toda la vida! Sin duda se refería a la libertad física, porque la libertad espiritual está al alcance de los más pobres del mundo. «¿No ha escogido Dios a los que son pobres según el mundo para que sean ricos en la fe y hereden el reino que prometió a quienes lo aman?», dice el apóstol Santiago. Porque en la revolución del alma humana que ofrece Jesucristo, el Hijo de Dios, su misión siempre ha sido anunciar buenas nuevas a los pobres y libertad a los cautivos. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net Hasta no verte, Jesús míoLas soldaderas

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«Mi mamá espera que nunca busquemos a mi papá»

11/18/2024
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Mis padres se divorciaron pocos meses antes de que yo naciera. Él se fue a vivir a otra ciudad. Yo ahora tengo veintidós años, y a él lo he visto en contadas ocasiones.... Mi mamá nunca nos habló mal de él, pero sí nos ha dicho que ella espera que nunca lo busquemos, porque él fue el que nos abandonó.... »Pero han pasado muchas cosas. El año pasado falleció mi único tío, y pensé que mi papá se podía morir y que nunca más hablaría con él. Por eso hice las paces con él, y ahora estamos en contacto por correo electrónico, y me siento bien. Por otro lado está mi mamá (que no sabe). Por ella me siento muy mal. Siento que la estoy traicionando, que no valoro todo lo que nos ha dado. No sé qué hacer.» Este es el consejo que le dimos: «Estimada amiga: »Lamentamos que usted haya tenido que criarse sin su papá. Es trágico que los problemas entre su mamá y su papá dieran como resultado que él perdiera contacto con usted, a pesar de lo mucho que usted deseaba y necesitaba tenerlo a él en su vida. Esperamos que otros hombres le presten atención a este caso y decidan hacer lo necesario para formar parte de la vida de sus hijos. »A los padres divorciados les resulta muy difícil poner a un lado sus propios sentimientos y hacer lo que les conviene a sus hijos. Con frecuencia las madres que tienen la custodia legal se interponen entre sus hijos y el padre de ellos por razones emocionales, tales como el enojo o el resentimiento, o por desacuerdos en cuestiones económicas. Los papás se ausentan voluntariamente porque piensan que no tienen lo suficiente para sostener económicamente a sus hijos, o porque es demasiado difícil comunicarse con la mamá. Cualesquiera que sean las razones, y quienquiera que tenga la culpa, son los hijos quienes más sufren.... »Dios se aseguró de que fuera biológicamente necesaria la participación tanto de un hombre como de una mujer para procrear hijos. El plan de Dios para la familia es que haya un padre y una madre, ya que eso es lo que más les conviene a los hijos. Muchos expertos creen que cuando, por cualquier razón, deja de estar presente uno de los dos padres, resultan graves consecuencias emocionales para los hijos. »No tiene nada de malo ni de raro que usted tenga el deseo de cultivar una relación personal con su papá, a pesar de lo que siente su mamá. Ella no puede comprender el que usted tenga una necesidad emocional de una relación con él.... »[Sin embargo,] no debe usted mentirle a su mamá acerca de la relación que cultive con su papá. Aunque estaría ocultando la verdad a fin de proteger los sentimientos de ella, las mentiras no hacen más que complicar las cosas. Si ella se lo pregunta, esté preparada para responderle que con eso usted está llenando un vacío dentro de sí. De modo que no se trata de darle a su papá lo que él merece, sino de recibir lo que usted merece. »Le deseamos lo mejor, »Linda y Carlos Rey.» El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, se puede leer si se pulsa el enlace que dice: «Caso 111» dentro del enlace en www.conciencia.net que dice: «Casos». Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«Mi abuela me está obligando a bautizarme»

11/16/2024
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una adolescente que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Tengo catorce años, y siempre me ha cuidado mi abuela.... Siempre he ido a la iglesia porque ella me obliga, y ahora quieren bautizarme, pero yo no deseo hacerlo. Quiero hacerlo cuando yo me sienta segura de querer dar ese paso importante en mi vida, pero ella no entiende eso, y me está obligando a hacerlo. ¡Estoy desesperada! »Yo no ando en buenos pasos por el momento, y siento que, si me bautizo, es como jugar con Dios. Agradecería su consejo.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »Nos alegra tu sinceridad. Hay que tener valor para reconocer que uno no está viviendo como sabe que debe vivir. También nos alegra que comprendas que Dios sabe lo que de veras sientes y que a Él no lo engañaría un bautismo de tu parte que no fuera más que una formalidad. Así que te felicitamos por tu deseo de ser sincera con Dios y con los demás.... »Al igual que en muchos otros casos, hay dos principios bíblicos que parece que fuera imposible acatar al mismo tiempo. ¿Cómo es posible que honres y obedezcas a tu abuela sin tener que mentirle a la iglesia en cuanto a tus verdaderos sentimientos y creencias? »Algunas religiones enseñan que para ir al cielo hay que obedecer todos sus ritos y todas sus tradiciones. Es posible que a tu abuela se le haya enseñado que es más importante practicar esos ritos religiosos que creer en Dios y adorarlo de corazón. »Nosotros creemos, al igual que tú, que ni el bautismo ni ningún otro rito nos facultará para entrar en el cielo. Para ir al cielo es necesario más bien asegurarnos de que nuestros pecados hayan sido perdonados. Jesucristo, el Hijo de Dios, murió en una cruz para pagar el castigo por nuestros pecados a fin de que podamos ser perdonados y comenzar de nuevo. La Biblia dice que “si confesamos a Dios nuestros pecados, Él, que es fiel y justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad”. Así que, según la Santa Palabra de Dios, logramos entrar al cielo no observando ritos ni aun el sacramento del bautismo, sino más bien confesando a Dios nuestros pecados, recibiendo su perdón, y cultivando una relación con Él.... »Te recomendamos que imprimas este consejo y se lo lleves con todo respeto a tu abuela. Explícale que no quieres desobedecerla, pero que tampoco quieres mentir al ser bautizada. Si tu abuela aún insiste que seas bautizada, entonces te recomendamos que le muestres este consejo al pastor o a quien sea el encargado del bautismo. Explícale que todavía no estás lista para ser bautizada, pero que no quieres desobedecer a tu abuela. Esperamos que el pastor o encargado te comprenda y valore tu sinceridad, al igual que nosotros. Pero si de todos modos tienes que someterte a ser bautizada, así les habrás explicado a todos que lo estás haciendo como un acto de obediencia a tu abuela y no como señal de lo que crees.» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo puede leerse con sólo pulsar la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 697. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«Caídos en cumplimiento del beber»

11/15/2024
(Día Mundial sin Alcohol) Era todo un monumento, pero un monumento vivo, hecho de seres humanos. No era un monumento de mármol, ni de piedra, ni de bronce ni de hierro; era de carne y hueso. El escultor, oriundo de México, conocido sólo como don Pedro, había colocado a diferentes artistas en poses representativas, formando así su monumento. No pretendía darles perpetuidad, al modo de una estatua de mármol, pero sí procuraba dar un mensaje elocuente con un significado profundo. Por lo general, un monumento presenta a personajes de gran renombre y heroísmo. Pero éste presentaba a varias personas en diferentes estados de embriaguez. Unas estaban caídas; otras, recostadas contra paredes; otras, abrazadas a un árbol; otras, tiradas en cunetas. De ahí que a su obra el artista le puso por título: «Caídos en cumplimiento del beber.» En realidad, «Caídos en cumplimiento del beber» es una parodia de otro monumento, serio y digno, titulado: «Caídos en cumplimiento del deber.» Una sola letra intercambiada marca la diferencia entre «beber» y «deber». Pero esa simple letra cambia totalmente el sentido. Muchos nobles servidores de la sociedad, en cumplimiento del deber, caen en el campo de batalla y derraman su sangre por defender a su patria. A éstos se les reconoce públicamente con medallas y honores, y reciben la admiración de los demás. En cambio, otros, en cumplimiento del beber, caen al suelo y derraman su vómito por ingerir demasiado licor, cerveza o vino. Éstos son una vergüenza pública y reciben el menosprecio de los demás. No obstante, hay muchas personas inteligentes y cultas que, por diversas razones, se dan a la bebida. Naufragan, con toda su inteligencia, en un lago de alcohol y sufren, a veces para siempre, la miseria del aturdimiento y del dolor moral. Hacen caso omiso de las advertencias que contiene el libro de los Proverbios. Una de ellas forma parte de «Los treinta dichos de los sabios». «No te fijes en lo rojo que es el vino, ni en cómo brilla en la copa, ni en la suavidad con que se desliza —nos advierte—; porque acaba mordiendo como serpiente y envenenando como víbora.» Es rara la persona que no se da cuenta de su esclavitud al alcohol. Pero también es rara la persona que lo admite ante los demás. Todo el que quiere puede ser librado de esa serpiente venenosa. Porque Jesucristo, el Hijo de Dios, no sólo tiene el deseo de sacarnos de la prisión en la que nos encontramos, sino también el poder para librarnos. Si aceptamos la ayuda que Cristo nos ofrece, podremos cambiar el vicio por la vida, el fracaso por el triunfo, la perdición por la salvación y la ruina terrenal por la gloria eterna. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«Si volviera a casarme»

11/14/2024
En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue: «Mi esposa me fue infiel por casi un año. Después de ocho años de matrimonio, decidí separarme de ella, ya que, a pesar de que la perdoné, nunca quiso cambiar. Siguió su relación con ese hombre. »Actualmente no tengo pareja, pero quisiera volver a casarme. Vivo con mis dos hijas de nueve y doce años.... Quisiera saber si le estaría fallando a Dios si volviera a casarme. Aclaro que yo no le fui infiel nunca a ella.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimado amigo: »Sentimos mucho que su esposa le haya sido infiel. Sabemos que tanto usted como sus hijas han sufrido a causa de la desintegración de su familia. »Creemos que usted debe darle prioridad a lo que más les conviene a sus hijas. Han sido abandonadas por la mamá, así que necesitan que usted sea una presencia constante y estable en la vida de ellas. Si usted intenta dividir el afecto que siente por ellas y el que llegara a sentir por alguna nueva mujer en la que se interese sentimentalmente, sus hijas probablemente van a sentir que han perdido no sólo a la madre sino también al padre con el que pueden contar. »Mis padres se divorciaron cuando yo tenía diez años. Mis hermanos menores y yo nos quedamos con nuestra mamá, pero ella no estaba conforme sin un hombre en su vida. Así que comenzó a salir y a dejarnos solos en la casa. Ella aún nos amaba, pero todas sus energías estaban dirigidas en buscar una relación sentimental. De modo que yo tuve que cuidar a mis hermanos. »Yo me opuse firmemente a que mi mamá llevara a un nuevo hombre a nuestro hogar. Sentía que tenía que proteger a mis hermanos y que incluso necesitaba proteger a mi mamá. Pero a pesar de mis sentimientos, ella volvió a casarse, y el resto de mi niñez fue más turbulenta que lo que había sido antes. Fue una lucha constante de “nosotros contra él”. El tener a un padrastro no era en absoluto nada bueno. »Un padrastro o una madrastra puede ser la persona más cariñosa y amorosa, y aun así no ser aceptada por los hijastros. Los hijos ya tienen sus propias heridas y dificultades, y no es justo que una nueva persona tenga que afrontar una situación plagada de angustia. Ni es justo que una nueva relación matrimonial se vea sometida a tanta tensión. »No estamos diciendo que sería pecado que volviera a casarse. Según la enseñanza de Jesucristo, la infidelidad de su esposa lo libera de los votos que usted le hizo. Pero eso no significa que lo que más le conviene es volver a casarse.... Nosotros creemos que usted debe canalizar toda su energía y su afecto en sus hijas, y aplazar cualquier relación sentimental hasta cuando ellas sean mayores.» Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo puede leerse con sólo pulsar la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 816. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«Una nueva perspectiva de la vida»

11/13/2024
El 10 de septiembre de 2001, un día antes del ataque terrorista contra las torres gemelas de Nueva York, Félix Sánchez presentó su renuncia. Corredor de bolsa de la agencia Merril Lynch, que tenía sus oficinas en aquellas impresionantes torres, Sánchez tenía talento como asesor de finanzas. El día siguiente, pocas horas después de haber desocupado su escritorio y de haberse despedido de sus compañeros de trabajo, parecía tener además muchísima suerte. Su decisión oportuna lo había salvado de la horrible muerte inesperada que sufrieron sus colegas. Pero la suerte no habría de acompañarlo más que dos meses contados. Porque el día 12 de noviembre Félix Sánchez tomaría la desafortunada decisión de abordar el aerobús de American Airlines, vuelo 587, que no llegó a su destino en Santo Domingo sino que se estrelló en un barrio residencial de Nueva York poco después de despegar. Y Sánchez estaría entre los 265 que perecieron, entre ellos 174 dominicanos compatriotas suyos. De apenas veintinueve años de edad, Sánchez había soñado con tener su propia agencia deportiva. Por eso volaba a su patria aquel lunes, para reunirse con futuros clientes en su nueva carrera como asesor de finanzas de beisbolistas dominicanos. Ya se había ganado la confianza de ciertos jugadores de renombre. Esperaba poder ayudar a sus paisanos a invertir con prudencia su dinero. «Después de lo de las Torres Gemelas, él tenía una nueva perspectiva de la vida —contó su amigo Sid Wilson—. La última vez que nos vimos, él estaba muy entusiasmado. ¡No lo puedo creer!» Para muchas personas, lo más increíble del caso de Félix Sánchez es que, habiendo tenido tan buena suerte el 11 de septiembre, la haya tenido tan mala el 12 de noviembre. Pero, a fin de cuentas, ¿es la suerte lo que determina el desenlace de nuestra vida? De Moisés, que sacó del cautiverio en Egipto a su pueblo Israel, pudo haberse dicho acerca de su infancia: «¡Qué suerte tuvo! ¡La princesa, hija del mismo faraón que había condenado a muerte a todos los niños hebreos que nacieran, lo sacó del río Nilo, salvándolo de la muerte!» Pero pudo haberse dicho lo contrario acerca de Moisés cuando ya era mayor de edad: «¡Qué mala suerte tuvo! Lo delató un hebreo de su propia sangre por haber matado a un egipcio que golpeaba a otro hebreo hermano de los dos. ¡Y por eso el faraón, que lo había tratado como su propio nieto, intentó matarlo!» De ahí en adelante vemos a Moisés, si mantenemos esa línea, una vez con mucha suerte, otra sin suerte alguna, hasta el día antes de su muerte, en que recibe la trágica noticia de que en esta vida no habrá de ver la tierra prometida a la que ha guiado a su pueblo a través del desierto durante cuarenta largos años. Lo cierto es que en el caso de Moisés no era suerte, como tampoco lo fue en el caso de Félix Sánchez, sino la consecuencia de sus decisiones en combinación con las de los demás. Lo único que podemos aprender de tales casos es a tomar las decisiones más acertadas posibles, y a encomendarnos a Dios, a fin de que, pase lo que pase, estemos preparados, como Moisés, para ver la tierra prometida en la vida venidera. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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Estamos sólo de paso

11/12/2024
Por lo general, padre y madre viajan juntos cuando llevan consigo a sus hijos menores. Si viajan separados, es para sacarle partido a alguna circunstancia de la vida. No les cruza por la mente que, a la inversa de lo que ocurre normalmente, la vida misma pudiera sacarle partido a la circunstancia. Eso fue lo que sucedió en la vida de dos familias diferentes, ambas residentes en Nueva York, que tenían como destino la República Dominicana. Los miembros de las dos familias que viajaron el lunes 12 de noviembre de 2001 en el vuelo 587 de American Airlines no llegaron. Los miembros restantes, que no hicieron el viaje ese día, no pudieron menos que preguntarle a Dios por qué había permitido que ellos se salvaran y que sus seres más queridos perecieran. Aquel trágico vuelo dejó como saldo 265 muertos en el barrio residencial de Nueva York donde se estrelló el avión, entre ellos 175 dominicanos. El padre de una de las dos familias era Roberto Despradel, guardia de seguridad en un club nocturno de Nueva York. Viajó acompañado de sus dos hijos varones, de uno y cuatro años de edad, mientras que su esposa, Ilsa Beauchamps, se quedó en casa con la hija de seis años. Despradel sólo quería pasar una semana en la República Dominicana con sus padres, para que ellos pudieran conocer a los nietecitos. La madre de la otra familia era Norma Lilian Valoy Fajardo, hija del popular merenguero Cuco Valoy. Ella viajó en compañía de sus dos hijos varones de ocho y quince años y de su hija de once, mientras que su esposo se quedó en casa solo. Él iba a viajar posteriormente a fin de pasar la Navidad con su familia. ¿Cómo iban a saber la esposa de Roberto Despradel y el esposo de Norma Lilian Valoy Fajardo que ese fatídico vuelo los dejaría a ambos viudos y, por si eso fuera poco, huérfanos de sus hijos varones? Y la hija de Roberto Despradel, la única de las dos niñas que se salvó por no haber viajado, ¿a qué o a quién habrá atribuido el haberse salvado: al destino o a Dios? Al margen de lo que haya pensado aquella niña cuando tenía sólo seis años, lo cierto es que tanto ella como su pobre madre, como también el yerno de Cuco Valoy y los demás que aún estamos con vida a pesar de la infinidad de tragedias y circunstancias que pudieran haber acabado con nuestra efímera existencia, todos estamos sólo de paso por esta tierra. Lo que nos espera no es pasar apenas una semana en la República Dominicana o pasar las fiestas de Navidad con nuestra familia, sino pasar toda una eternidad con Dios el Padre celestial, nuestro Padre de familia, y con su Hijo Jesucristo, y no en esta tierra sino en el hogar que nos ha preparado en el cielo. Pero todo depende de que nosotros, a nuestra vez, nos hayamos preparado conforme a lo que Dios ha dispuesto para cada uno, haciéndonos hijos adoptivos suyos y hermanos de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador. De hacerlo así, todos los miembros de la familia, tanto la terrenal como la celestial, estaremos juntos por la eternidad. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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Veinte años de sacrificios en vano

11/11/2024
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Hace un año [mi esposo] abandonó el hogar por otra mujer.... No le [importaron] los veintinueve años de matrimonio que teníamos juntos, ni los hijos ni el nieto.... Vivimos veinte años al lado de mi suegra en un rancho de madera para ahorrar para tener un futuro mejor, y ahora es otra la que está disfrutando de todos mis sacrificios y mis sueños. ¿Acaso eso es justo? »Creo que no lo merezco. Yo sacrifiqué todo por mi familia. Nunca estudié una carrera, no realicé mis sueños, entregué mi vida en mi hogar, y ahora me siento vacía, como si nada valiera la pena en esta vida, porque [los hombres] son tan egoístas y no piensan en todo el dolor que causan en la familia.» Este es el consejo que le dimos: «Estimada amiga: »¡Lamentamos mucho la agonía que usted ha estado sufriendo! Pero le aseguramos que usted no es la única que sufre por eso. Tristemente hay muchas mujeres que oirán su caso y se identificarán plenamente con usted por haberlo experimentado ellas mismas. Por supuesto, también hay hombres que han sido traicionados por la esposa, pero eso sucede con menos frecuencia. »¿Por qué será que hay tantos cónyuges egoístas que causan dolor a la familia? Desde luego, cada caso es algo diferente, pero la respuesta que se aplica a todos los casos proviene de las palabras de Jesucristo. Él dijo: “Porque de adentro, del corazón humano, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios.” Según esas palabras de Jesús, la tendencia a pecar y a hacerlo de tal modo que hiere a los demás es parte de la naturaleza humana. »Entonces ¿por qué hay hombres que no cometen adulterio?... Porque Dios nos creó con libre albedrío, es decir, con la capacidad de escoger entre el bien y el mal, ayudar o perjudicar, amar o rechazar a los demás. Los psicólogos pudieran alegar que la respuesta consiste en que cada persona procede conforme a una combinación de su herencia genética y su medio ambiente. La herencia proviene del ADN, o de los genes, de la persona, que le han transmitido sus padres biológicos. El medio ambiente abarca todas las experiencias de su vida. Sin embargo, si bien la herencia genética y el medio ambiente tienen mucho que ver con que una persona opte por hacer el bien o el mal, el Espíritu de Dios siempre está presente, motivando a que se tomen buenas decisiones a pesar de ambientes inapropiados y de una herencia genética inclinada al mal.... »El enojo y la indignación que usted siente se justifican. Fue injusto que su esposo le hiciera esto. Usted no merece el trato que ha recibido. Sin embargo, en vez de dejar que su enojo la convierta en una mujer amargada, usted ahora tiene que dejar que esa indignación la motive a cambiar su vida. Usted tiene hijos y un nieto que la necesitan y que están aprendiendo del ejemplo que usted les da.... »¡Le deseamos un porvenir dichoso! »Linda y Carlos Rey.» El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, se puede leer si se pulsa el enlace en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego el enlace que dice: «Caso 110». Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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«Salió a la luz la identidad del padre biológico»

11/9/2024
En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos: «Hace cuatro años mentí sobre la paternidad de mi hija. Tuve una pareja, y le fui infiel con un hombre a quien quise mucho.... Hace tres semanas, por medio de una prueba de ADN, salió a la luz la verdad en cuanto a la identidad del padre biológico. Todavía él no le ha contado a su familia acerca de la situación. Mientras tanto, mi expareja se afectó mucho emocionalmente por la noticia, y yo me he sentido mal por el daño tan inmenso e irreparable que le hice a mi hija.» Este es el consejo que le dio mi esposa: «Estimada amiga: »... Damos por sentado que el exnovio al que se refiere es el hombre que, hasta hace poco, creía que era el padre biológico de la niña, y que así como a él lo afectó mucho enterarse de que la niña no tiene ningún vínculo biológico con él, también ella quedaría muy afectada emocionalmente si él fuera arrebatado de su vida. El parentesco biológico es importante, pero las relaciones entre familia tienen aún más importancia. Si hay un vínculo de amor entre su exnovio y su hija, entonces no hay prueba alguna de ADN que deba cambiarlo. »Su exnovio naturalmente se siente engañado y herido, pero eso no debe afectar a la niña. Le aconsejamos que siga fomentando la relación entre ellos dos. Si él se viera forzado a dejar de verla, es probable que ella posteriormente sintiera que la había abandonado, y esos sentimientos pudieran hacer que fuera más susceptible a problemas emocionales en el futuro. No trate de reemplazarlo a él, que es el padre que ella siempre ha conocido como tal, con el padre biológico. Ese hombre puede llegar a formar parte de la vida de ella poco a poco, pero como una persona adicional y no como reemplazo. Algún día, cuando ella sea mucho mayor, puede explicársele por qué tiene dos padres. Pero por ahora es demasiado pequeña para comprender nada de eso.... »Este caso nos recuerda el de un padre en la Biblia que no era el padre biológico de su hijo. Aquel padre amaba a su hijo igual que si hubiera tenido ese vínculo biológico con él. Es más, no le importaba en absoluto esa falta de un vínculo biológico con el hijo. »El nombre de aquel padre era José, y su hijo legal era Jesucristo. Pero el padre biológico de Cristo era Dios mismo, quien había hecho de forma milagrosa que la joven, llamada María, quedara embarazada aun cuando todavía era virgen. »Era necesario que Dios fuera el Padre biológico de Cristo para que Cristo pudiera ser un auténtico miembro tanto de la familia de Dios como de la familia humana. Siendo hijo de José a la vez que Hijo de Dios, Jesucristo jamás pecó. Eso es importante porque, para pagar el castigo por los pecados que usted y nosotros hemos cometido, también era necesario que Él fuera un sacrificio sin pecado.» Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo puede leerse con sólo ingresar en el sitio www.conciencia.net y pulsar la pestaña que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 696. Carlos Rey Un Mensaje a la Conciencia www.conciencia.net

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